¿Qué es la Historia?

"La Historia cuenta lo que sucedió, la Poesía lo que debía suceder"

Aristóteles (384-322 a.C.)

martes, 7 de febrero de 2012

La importancia de la Historia en la actualidad

Escribir hoy día acerca de cualquier aspecto propio de la disciplina histórica en revistas, periódicos o manuales especializados no significa, necesariamente, hacer una relación sumaria de múltiples fechas y hechos concretos que acaecieron en el pasado y que pueden ser adscritos a una determinada civilización originada en tiempos pretéritos; muy por el contrario, la Historia es algo más, o al menos, debe intentar serlo.

Los historiadores debemos preocuparnos por hacer llegar al lector el verdadero espíritu que resulta inherente a cualquier acontecimiento pasado, es decir, buscar la causalidad y ahondar en la mentalidad de la época objeto de estudio, aproximándonos lo máximo posible a dilucidar lo lógico de aquél acontecer en ese momento justo y no en otro, analizando de forma crítica, asimismo, sus consecuencias futuras. 

Es, en fin, una empresa consistente en la búsqueda de la verdad histórica, una verdad que, en no pocas ocasiones, queda relativizada según qué autor trate acerca de un hecho histórico determinado, cuyo análisis y la ulterior interpretación del mismo será diametralmente opuesta dependiendo de la corriente o tendencia historiográfica a la que el historiador se halle adscrito. Esto no es algo nuevo, más bien al contrario, pues ya las grandes gestas del mundo grecolatino eran narradas con una indudable intencionalidad destinada a ensalzar las grandes virtudes de su civilización, que eran personificadas en sus más insignes héroes, generales, emperadores y otros personajes que muy a las claras formaron parte únicamente de la leyenda y el mito.



Heródoto de Halicarnaso, considerado "Padre de la Historia (484 a.C.-426 a.C.). Fuente: www.biografiasyvidas.com

Asimismo, permítaseme advertir aquí la importancia de no caer en el grave error historiográfico de prejuzgar hoy a civilizaciones de la Antigüedad tan destacadas como por ejemplo la romana (aunque perfectamente extrapolable a otra cualquiera) si, a través de nuestro prisma actual, analizáramos únicamente lo cruel de las penas ejercidas por este pueblo sobre sus enemigos vencidos, tales como los trabajos forzados en las minas, la crucifixión o incluso las luchas de gladiadores; y todo ello, igualmente, sin tomar en consideración aspectos más “civilizados”, como pueden ser que gran parte del Derecho actual occidental tiene su base en el latino o, también, que un considerable número de lenguas actuales derivan indefectiblemente del latín. Así pues, sería del todo injusto en mi opinión verter ciertas opiniones negativas en el siglo XXI hacia una cultura que actuaba conforme a unos modelos y mentalidades establecidos y tenidos por óptimos en el siglo I; pues, igualmente, estaríamos reproduciendo el mismo esquema de actuación crítico que dicha cultura, por seguir con el mismo ejemplo, tuvo hacia otros pueblos coetáneos suyos y que, por no haber querido asimilar su romanidad, eran calificados genéricamente como “bárbaros”, a pesar de hallarse éstos mucho más avanzados en ciertos aspectos culturales que, precisamente, aquéllos Estados que no pretendían sino ejercer una hegemonía y dominio durante siglos de su idiosincrasia, por creerse los más capacitados desde un punto de vista no sólo militar sino también ideológico.

En otro orden de cosas, la Historia es parte del ser humano, lo ha conformado y moldeado hasta lo que es hoy; lo ha hecho avanzar, con sus penas y sus grandezas hacia un horizonte que, en principio, ofrece cada nuevo día una mayor prosperidad para el género humano, entendiéndose aquí el dominio de la tierra y sus recursos, del mar como medio para la conquista de nuevos territorios indómitos en alejados continentes, del aire y sus posibilidades, e incluso, en fechas no tan lejanas, del desconocido Espacio.

Pero la disciplina histórica, como decíamos, no se nutre solamente de grandes hitos descubridores, conquistadores o avances tecnológicos, sino que también se acerca a aspectos económicos, sociales, culturales o políticos de índole privada o pública que, a priori, pudieran parecer no merecedores de un gran número de páginas destacadas en los manuales especializados; aunque, afortunadamente, la historiografía actual ha sabido rescatar y otorgar la importancia merecida a fin de realizar el correcto análisis histórico de una época determinada.

Igualmente, la Historia ha contemplado la repetición de aciagos acontecimientos para los hombres, quienes a lo largo de distintas épocas, han efectuado acciones que precisamente, por no atender, valorar y aprender de acontecimientos pasados, han visto repetirse modos de actuación drásticos que, de otra forma, hubiesen sido subsanados y realizados de una manera alternativa. Precisamente ésta es la grandeza de la Historia, el poder aprender de actuaciones pasadas, el mirar acontecimientos antiguos que tienen similar reflejo hoy día y, también, considerar a los sucesos del presente como un pasado inmediato del mañana, que nos hacen sentirnos protagonistas de lo que ha venido en denominarse comúnmente como un “momento histórico”.

Resulta claro, en mi opinión, que es mucho lo que le debemos a una ciencia como la histórica a día de hoy, tan denostada en fechas actuales desde un punto de vista laboral (con relativamente pocas salidas laborales en comparación con otras disciplinas) o académico (con un número total de matriculaciones en las Universidades inferior al de otras carreras) y, es por ello mismo, que desde esta plataforma digital pretendo realzar, en la medida en que sea posible, a la Historia como una ciencia de primer orden que debería ser estudiada por aquéllos que deseen profundizar en uno de los primigenios saberes de la Humanidad, (reflejada ya como tal en los anales del Antiguo Egipto y desarrollada  ampliamente en los estudios de Heródoto), y que debería ser rescatada en un mundo actual en el que determinados valores y saberes culturales tan apreciados para la formación intelectual de la persona antaño han dado paso a otros muchos más simples y carentes de cualquier esencia mínima enriquecedora para el hombre, prefabricados y destinados a la consecución de un modo de actuar conducente a la satisfacción de determinadas necesidades y la supervivencia en un mundo cada vez más globalizado.

Finalmente, y por medio de este blog que inauguro, mi propósito aquí será el de divulgar diversos acontecimientos pasados propios de nuestra ciudad, la provincia, la nación o el mundo, siendo conocidos en mayor o menor medida, y tratando de cumplir, de tal forma, un último objetivo consistente en la transmisión de un acontecimiento pasado de interés, una verdad, la antedicha verdad histórica, a fin de aportar nuestro grano de arena en pos de lo perseguido por la investigación histórica, a saber, su publicación y difusión a la ciudadanía.









3 comentarios:

  1. Muy buenos días, tengo una pregunta. Si, como usted ha magistralmente ilustrado, la grandeza de la Historia es aprender del pasado, ¿por qué los hombres siguen cometiendo los mismos errores? Creo que es justo considerarla sólo un conocimiento, y no maestra de vida.

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    1. Porque la mas grande lección de la historia, es que nadie ha aprendido las lecciones de historia. Buena vida :D

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  2. a mi la historia me parece muy importante ya que si no supieramos de la historia no sabriamos ni donde estamos parados o para que sirven las cosas

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