¿Qué es la Historia?

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Aristóteles (384-322 a.C.)

martes, 17 de octubre de 2017

El hundimiento del "S.S. Halldor" en Huelva

El día 3 de agosto de 1917, enmarcado en las numerosas acciones navales bélicas de la Gran Guerra (1914-1918), tuvo lugar en las costas onubenses un ataque de guerra submarina protagonizado por el sumergible alemán U-39 y el buque mercante noruego SS Halldor.

El navío, de bandera noruega desde 1915, fue construido por la J. Priestman & Co. en Sunderland, Inglaterra, en 1896, y era perteneciente a la compañía Odfjell A/S - Storli A/S - Fr. & Abr. Odfjell, cuya sede estaba radicada en la ciudad de Bergen (Noruega). Con un peso de unas 2919 toneladas, había zarpado el 22 de julio anterior desde Glasgow, en Escocia, y tenía como destino el puerto italiano de Civitavecchia, en Roma.

Se trataba de un buque mercante de propulsión a vapor que, al mando del capitán Bendix Herman Sjursen (nacido en Stavanger en 1885), transportaba unas 4400 toneladas de carbón en el momento del ataque. Estaba construido en acero, capaz de alcanzar una velocidad máxima de 11 nudos y era poseedor de unos 99,1 m x 14,3 m x 7,2 m de dimensiones totales. Por su parte, el submarino atacante, el U-39, fue construido en los astilleros de Germaniawerft, en Kiel, y fue botado el día 26 de septiembre del año 1914. Su comandante fue el Kapitänleutnant Walter Forstmann (1883-1973), nacido en Essen y condecorado nueve veces, ostentando la Cruz de Hierro de 1ª Clase, entre otras.


 El Kapitänleutnant Walter Forstmann. Fuente: www.uboat.net

La tripulación del Halldor, formada por un total de 24 marineros, de los cuales tres de ellos eran españoles, fueron testigos directos de lo acontecido horas antes en la mar, y relataron con gran pesar a su llegada a tierra el ataque germano. Así, refirieron que, en torno a las 17:50 horas, sintieron el rugir de unos “tres cañonazos”, lo que produjo que se ordenara inmediatamente parar máquinas y detener la nave, en un punto no bien especificado al SO de la ciudad de Huelva, pero estimado sobre una distancia de entre siete y diez millas de la barra onubense.

Los disparos efectuados por el submarino germano no alcanzaron al objetivo, por lo que se deduce que se trataron de disparos de advertencia, a fin de lograr la detención del buque. Así, en torno a las 18:00 horas, el sumergible comenzó a emerger lentamente, divisándose la parte superior del casco, la bandera de combate y un cañón; para, acto seguido, aproximarse al navío noruego y subir a bordo varios miembros de la tripulación alemana.

Los alemanes accedieron a las dependencias del Halldor, cogiendo víveres y objetos valiosos de los marinos nórdicos en una acción de saqueo que concluyó a las 18:15 horas, cuando finalmente el comando de asalto alemán colocó varias cargas explosivas en las bodegas del buque, y mientras que el capitán Sjursen despachaba con Forstmann en el submarino por varias horas para, finalmente, permitir que la totalidad de la tripulación noruega montase en dos botes con sus pertenencias y se dirigiera a la costa onubense, separándose ya de su nave que seguía al pairo.



 El buque noruego SS Halldor. Fuente: www.wrecksite.eu

Pocos minutos más tarde pudieron oírse varias explosiones simultaneas que confirmaban el lento hundimiento del buque noruego, mientras su tripulación remaba hacia tierra. En efecto, el primer bote transportaba al primer oficial y a once marineros, quienes arribaron a la playa de Mazagón en torno a las 23:00 horas. De tal modo, y una vez en tierra, los marinos se dirigieron al cuartel de carabineros próximo al faro del Picacho, donde fueron auxiliados por la dotación militar allí destacada.

Por su parte, el otro bote, ocupado por el capitán del Halldor y los once marineros restantes, se dirigió hacia el navío de los prácticos, donde fueron igualmente atendidos y auxiliados. Allí tuvieron que esperar la llegada del cañonero español Vasco Núñez de Balboa que, tras recibir la orden de auxilio, acudió sobre las 2:30 horas hacia la posición del vapor de los prácticos para recoger a los náufragos y, una vez concluido, seguir con rumbo a la barra para hacer lo propio con el resto de la tripulación nórdica, prosiguiendo su último rumbo hacia el puerto de Huelva, donde atracaría a las 8:00 horas.

Una vez desembarcados en Huelva, la dotación noruega acudió, finalmente, y entre los gritos de admiración de los numerosos curiosos allí congregados, a la Comandancia de Marina, donde prestarían declaración a las autoridades militares españolas de lo sucedido en su buque el día anterior, algo que repetirían nuevamente el 11 de agosto ante el cónsul de Noruega en Cádiz, el señor Emile Huart.


 
BIBLIOGRAFÍA:

-Sjøforklaringer over Norske Skibes Krigsforlis. Bind III. Utgit ved Sjøfartskontoret. 2Det. Halvaar, 1917.

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