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Aristóteles (384-322 a.C.)

jueves, 1 de febrero de 2018

El proceso por el hundimiento del "S.S. Marmora" en la ría de Huelva



Entre el 31 de diciembre de 1885 y el 2 de marzo de 1886 tuvo lugar, en el ayuntamiento de North Shields, perteneciente a la ciudad de Newcastle upon Tyne, el proceso para investigar los hechos y determinar las responsabilidades del hundimiento en la barra de Huelva del navío inglés S.S. Marmora, con matrícula 58.753, que aconteció el día 12 de noviembre de 1885.


Al proceso concurrieron los señores Thomas Jackson y John Robson, ambos jueces de paz de Su Majestad británica, estando asimismo asistidos por los capitanes William Curling y George Hyde en calidad de asesores náuticos. Igualmente, estuvo presente Lancel Victor De Hamel, que era abogado de la Cámara de Comercio de aquella urbe, el señor Tilley, representante de los propietarios del barco y el abogado defensor, W.O. Forster.


El S.S. Marmora fue un buque a vapor construido en hierro en el año 1868 en Hartlepool, localidad del noreste de Inglaterra; con unas dimensiones totales de 214 pies de longitud, otros 28 de ancho y unos 14 de profundidad. Su tipología correspondía a la de una goleta, aunque modificada por dos motores combinados de 98 caballos de potencia, y siendo propiedad de Fritz Herskind desde el 13 marzo de 1885, quien fue armador de Seaton Carew, localidad próxima a West Hartlepool.   


Atendiendo a los hechos que provocaron su hundimiento y que fueron narrados en las sesiones del juicio, sabemos que el Marmora zarpó a las 15:00 horas del 12 de noviembre de 1885 desde el puerto de Huelva, con una tripulación de veinte hombres y cargado con 1.000 toneladas de mineral con dirección a Inglaterra bajo el mando del capitán Charles Tornquist. 


Tras maniobrar la salida del amarre, comenzó un sinuoso trazado de 17 pies y 9 pulgadas hacia adelante y otros tanto hacia atrás, con la intención de abandonar la ría onubense y llegar así a la zona de anclaje de cuarentena, señalizada por una boya, en torno a las 17:00 horas. En ese mismo instante, y apreciando la peligrosidad del estado del mar, el segundo piloto abandonó el buque, no sin antes indicar a Tornquist que no era aconsejable iniciar la navegación, sino que lo más conveniente sería retornar nuevamente al puerto.


 Grabado de la ría de Huelva a finales del siglo XIX. Fuente: www.bne.es


Sin embargo, el capitán decidió proseguir y, tras rodear la boya negra que indicaba la proximidad de la barra, la embarcación comenzó a ser arrastrada y sacudida fuertemente unas dos o tres veces por el oleaje; siendo golpeada con una gran fuerza, arrastrando el timón y girando de costado, para chocar finalmente con la costa y naufragar, pero con tiempo suficiente para que la tripulación pudiese evacuar en los botes sin pérdida de vidas.


Transcurridas varias semanas de juicio, se suspendieron las sesiones durante un mes, a fin de obtener y evaluar la declaración efectuada y las pruebas aportadas por el piloto ante el cónsul británico en Huelva. Así, el 2 de marzo, la corte volvió a reunirse, leyéndose las pruebas ante el tribunal por De Hamel y determinándose que el capitán del Marmora fue advertido hasta en dos ocasiones diferentes por el primer y segundo pilotos, quienes le habían dejado claro al capitán del malogrado navío la inconveniencia de zarpar ese día por las pésimas condiciones meteorológicas dominantes. 


De tal modo, y como consta en la declaración, el día antes de su hundimiento, el 11 de noviembre, el primer piloto tuvo una conversación con Tornquist, negándose a llevar el barco al mar a menos que mejorara el clima. No obstante, la mañana del día 12, y cuando el barco terminó de cargar, el segundo piloto se ofreció a llevar el barco hasta el área de cuarentena, pero no más allá, ya que estimó que el estado del mar era demasiado peligroso para intentar navegar; advirtiendo al capitán del Marmora del grave riesgo que estaba a punto de ejecutar y poniendo en peligro a toda la tripulación. 


 El puerto de Hartlepool a finales del siglo XIX, lugar de atraque habitual del Marmora. Fuente: www.hhtandn.org


Por su parte, y una vez presentadas las pruebas, se efectuaron al Tribunal las siguientes consideraciones en nombre de la Cámara de Comercio: "¿Cuál fue la causa del varamiento del navío Marmora acontecido en la ría de Huelva el día 12 de noviembre de 1885? ¿Se encontraba el mar en la tarde del 12 de noviembre en una condición tal que hacía probable que la embarcación no pudiera pasar con seguridad? A este respecto, y si el capitán estaba familiarizado con esta circunstancia ¿tenía justificación para intentar salir al mar? Y si, en cualquier caso, el capitán estaba justificado al intentar navegar sin piloto, teniendo particularmente en cuenta el hecho de que el piloto se negó a llevar el buque más allá de la barra de Huelva. Igualmente, y teniendo en cuenta el hecho de que el buque había sido golpeado dos o tres veces antes de llegar a la barra, ¿estaba justificado el capitán al intentar cruzarla? Y, por último, ¿Estuvo el barco navegando con adecuado cuidado y proceder marinero?"


Tras la deliberación judicial, se respondieron estas cuestiones de tal modo: "El varado del Marmora en la barra de Huelva el 12 de noviembre de 1885 fue causado por la decisión del capitán, que se dirigió hacia el mar en contra del consejo de los pilotos. Asimismo, el estado del mar en la barra el 12 de noviembre de 1885 era tal que parecía probable que el buque de vapor Marmora no pudiera pasar con total seguridad. De igual forma, y teniendo en cuenta la condición del mar, el capitán no debería haber procedido, especialmente cuando el piloto se negó a llevar el buque por encima de la barra o más allá del área de cuarentena. Por su parte, y según el testimonio del capitán, cuando la embarcación golpeó dos o tres veces inmediatamente antes de llegar a la barra, no pudo volver a subir o regresar, y no tuvo más alternativa que proceder al mar; pero el Tribunal, sin embargo, no considera este hecho suficientemente aclarado. Por último, y después de la advertencia recibida del piloto, queda demostrado que el barco no fue navegado con cuidado apropiado y proceder marinero". 


Finalizados los meses en los que prosiguió la investigación judicial para dilucidar las responsabilidades por el hundimiento del Marmora, el Tribunal determinó, finalmente, que el modo de proceder por parte del capitán del buque, Charles Tornquist, haciéndose a la mar en contra de la opinión y consejo de sus pilotos, fue del todo temerario y provocó el varamiento del navío y su ruina en la ría onubense; por lo que, en justicia, se le suspendió su licencia de navegación por un período de cuatro meses a partir de la ratificación de la sentencia del tribunal.

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