¿Qué es la Historia?

"La Historia cuenta lo que sucedió, la Poesía lo que debía suceder"

Aristóteles (384-322 a.C.)

martes, 15 de octubre de 2019

El origen del culto presbiteriano en Minas de Riotinto

La adquisición de los territorios mineros próximos al actual municipio de Minas de Riotinto y la implantación de medios, infraestructuras y personal en ellos por parte del consorcio británico The Rio Tinto Company Limited en 1873 propició, como se ha visto en otros artículos, un gran desarrollo industrial en la zona; pero, igualmente, el establecimiento de unas costumbres y modos de vida determinados típicamente foráneos que contrastaban sobremanera con la cotidianidad y las tradiciones locales ya arraigadas desde hacía siglos en esta parte del Andévalo onubense.

Así, no sólo destacó en la localidad la práctica de desconocidos deportes hasta entonces por parte de los trabajadores extranjeros, o el ejercicio de actividades sociales y culturales propiamente británicas, sino que también resultó de relevancia en este territorio la organización y práctica del culto religioso protestante que otorgara un servicio permanente a la incipiente población extranjera que iba asentándose en el núcleo urbano de Bella Vista para trabajar en las explotaciones mineras riotinteñas.

Si bien ciertas publicaciones históricas dan a entender, al respecto de la implantación de los extranjeros en las explotaciones mineras de Riotinto, un total aislamiento y una vida social enclaustrada por parte de los trabajadores británicos y sus familias en el último tercio del s. XIX y principios del XX, no resulta ello completamente veraz a tenor de la documentación conservada, que refiere múltiples interacciones de la compañía con las autoridades políticas locales, al tiempo que también se interactuaba regularmente con la población local en fechas festivas o realizando determinadas actuaciones para la población local (construcción de viviendas, establecimiento de servicios hospitalarios, reorganización de la banda de música municipal, creación de escuelas, mejoras en el saneamiento público, implantación de economatos, financiación de la fábrica de la iglesia católica, etc), y siendo además el acto social más remarcable al respecto de la convivencia la celebración conjunta entre ambas comunidades del fin de la I Guerra Mundial. En efecto, ninguna comunidad ha podido prosperar y vivir aislada en ningún momento de la Historia y, en este caso, quizás sea la lógica preservación de unos valores victorianos y un modo de vida identitario que exportaron a España lo que hace pensar en ese aislamiento propio en tierras lejanas; y en este mismo sentido, la vida circunscrita a una comunidad angloparlante y la religión protestante serían los dos factores principales que los unía y que trataron de preservar en todo momento.



El Presidente escocés de la R.T.C.L. Hugh Matheson, impulsor del presbiterianismo en Riotinto. Fuente: www.wikimedia.org
 

A este respecto, y ahondando en el terreno de la religión, ciertos autores afirman que entre 1873 y 1882 no hubo servicios religiosos dispensados regularmente para el personal británico establecido en Riotinto, sino que era el obispo de Gibraltar quien realizaba visitas ocasionales a las minas, a ruego de la Compañía, para efectuar los oficios a los miembros anglicanos de su personal. Sin embargo, en el mes de noviembre de 1881, el obispo de la colonia británica Charles Waldegrave Sandford efectuó un viaje a la provincia de Huelva a fin de tomar contacto con las comunidades británicas asentadas en la provincia y ofrecerles su servicio pastoral, y ya constata en sus notas que existía un Pastor Presbiteriano que hacía las veces de capellán. Además, estos escritos de Sandford al respecto de su visita a las tierras onubenses refieren el número de británicos residentes en Huelva y Riotinto, el estado del cementerio protestante de la capital, los oficios religiosos realizados a trabajadores y marineros anglosajones o, incluso, la producción del mineral obtenida en esos años:

During the month of November I paid a visit to Huelva and the mines of Rio Tinto. There are at Huelva about sixteen British residents, besides a large and shifting body of British seamen. On the evening of my arrival at Huelva I gave a short address to some seamen and others at a service held in the house of the Manager of the British Mining Company. The British cemetery I found in good order. A journey of four hours on a line belonging to the company brought me from Huelva to Rio Tinto, where there are about eighty British residents superintending thirteen thousand Spaniard and Portuguese workmen employed in the mines. The mines produce in the year a million tons of mineral ore. The ore contains 4 per cent copper, 48 sulphur, the residue being mostly iron. The Company consists of Scottish Presbyterians, who have secured the services of a Presbyterian Minister to act as Chaplain to the British colony. Schools are established by the Company for the children of the Spanish and Portuguese miners. The representatives of the Company took me over the mines, and shewed me great kindness and hospitality”.



 El obispo de Gibraltar Charles W. Sandford (1828-1903). Fuente: www.npg.org.uk
 

No resulta claro que el capellán viviera de forma permanente allí, puesto que el presidente escocés de la compañía británica, Matheson, propuso en 1882 el nombramiento de un Pastor que realizara sus oficios religiosos en la comunidad de manera continuada. De este modo, y una vez aprobado por el Consejo o Board, fue elegido para dicho cargo el sacerdote presbiteriano escocés David Mc. Donald, quien permanecería en el cargo desde julio de 1883 hasta febrero de 1887, año en el que tuvo que presentar su dimisión para cuidar a su esposa enferma. Le sustituyó el Reverendo John Jeffrey, permaneciendo en el puesto hasta el 1909.

Así, y a medida que el número de fieles aumentaba, tanto el Reverendo como la dirección de la compañía advirtieron la necesidad de construir una iglesia para servir espiritualmente a la comunidad foránea. La decisión de construirla fue adoptada finalmente en 1891 con un presupuesto de 1.150 libras y se situó dentro de los límites del barrio británico. Una vez concluyeron las obras del edificio en el año 1893, éste semejaba tanto interna como externamente una iglesia presbiteriana escocesa o Kirk.

Sin entrar a valorar profusamente las virtudes arquitectónicas del edificio, cabe aquí añadir que, exteriormente, se trata de una fábrica de piedra de una única nave a dos aguas, estando protegidos sus laterales por tres pilastras y con dos atrios sobresalientes que conforman el atrio y la sacristía. Además, las ventanas de la capilla son ojivales, con cristaleras y contraventanas de lamas que están bordeadas por ladrillo, al igual que las esquinas y pilastras de la fábrica. El edificio estaba rodeado originariamente por una verja metálica, que ya no se conserva, y posee una puerta enrejada de hierro culminada con la representación de un cardo, símbolo de Escocia, que aun es posible contemplar.



La capilla presbiteriana de Bella Vista (Minas de Riotinto). Fuente: Elaboración Propia.


En su interior resulta posible admirar un artesonado de madera, la bancada original para los fieles también elaborada en madera y el órgano de principios del siglo XX, aunque ya no se conserva el retablo original; estando todo ello en simbiosis con un estilo sobrio y que respondía al modo de proceder protestante, diferente al católico en cuanto a la ornamentación. La capilla tuvo un uso religioso continuado durante el tiempo en el que permanecieron los británicos en Riotinto, tornándose a albergar el culto católico por escaso tiempo cuando las minas fueron explotadas nuevamente por los españoles y, ya en las décadas más recientes, el edificio ha servido para la celebración de actos culturales diversos.

En lo referente al ejercicio del culto protestante en el barrio, y si bien fueron numerosos los capellanes presbiterianos que ejercieron su magisterio en Bella Vista para dar servicio religioso a la cada vez más creciente comunidad británica de Riotinto, cabe decir que destacó la figura del Reverendo John Jameson, por ser el que permaneció por más tiempo en esta localidad onubense, en concreto, hasta el 1921. Así, atendiendo a los aspectos bigráficos más destacados de su persona, se sabe que nació en el municipio escocés de Perth en el año 1842, siendo hijo de J.W. Jameson y Jane Grey, estudiando en la Universidad de Edimburgo y comenzando su actividad pastoral en las islas Shetland a la edad de veinticinco años.

Dos años más tarde prosiguió la pedagogía religiosa fuera de su país, llegando a Madrid en diciembre de 1869 una vez fue nombrado representante de la Sociedad Bíblica de Escocia, aunque en el 1871 regresó de nuevo a Escocia para contraer matrimonio con Marianne Alexa Johnston, con quien tuvo seis hijos, de los que cuatro nacieron en la capital de España una vez que retornó a ella para proseguir con su actividad pastoral tras su enlace matrimonial. Durante su estancia en Madrid fue nombrado responsable de la Secretaría de la Sociedad de Tratados de Londres y, entre los años 1888 y 1894, se encargó también de la Oficina de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera.




 La familia del Reverendo Jameson. Fuente: http://recuerdosderiotinto.blogspot.com


La The Rio Tinto Company Limited, conocedora de su buen hacer como Pastor de la Iglesia Presbiteriana en territorio español, a lo que añadía su completo dominio del castellano, decidió su contratación en el año 1901 para que ejerciera su actividad pastoral en la capilla de Bella Vista. No sabemos si, al existir ya un capellán, Jameson actuó como ayudante del mismo o ejerció otras actividades pastorales en este tiempo, aunque cobraba por ello unas 300 libras al año a las que se añadieron otras 150 más por ejercer el magisterio en las escuelas prtestantes de la localidad que eran propiedad de la compañía británica, trabajo que ejerció hasta el 1915, cuando las escuelas comenzaron a enseñar la doctrina católica.

La familia de Jameson residió en la vivienda nº 14 del barrio de Bella Vista y, al poco de su establecimiento en la localidad, en 1902, falleció su mujer, cuyos restos fueron trasladados al cementerio de Huelva para su eterno descanso. Jameson continuó residiendo en la localidad onubense hasta que causó baja por enfermedad en 1921, regresando a Inglaterra y donde falleció en julio de ese mismo año, siendo enterrado en el cementerio de Bandon Hill, en Surrey.





BIBLIOGRAFÍA:



-https://archive.org/stream/6122017Tomo1LasPrimerasCongregaciones

-https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/46942

-http://protestantedigital.com/blogs/1386/La_capilla_presbiteriana_de_Bella_Vista

-http://recuerdosderiotinto.blogspot.com/2013/01/capilla-presbiteriana-13.html