¿Qué es la Historia?

"La Historia cuenta lo que sucedió, la Poesía lo que debía suceder"

Aristóteles (384-322 a.C.)

miércoles, 30 de enero de 2019

El higuereño Diego José Navarro, Gobernador y Capitán General de Cuba a fines del siglo XVIII

El Gobernador y Capitán General de Cuba entre 1777 y 1781, Diego José Navarro García Hidalgo, nació en la villa onubense de Higuera de la Sierra el 14 de febrero del año 1708. Atendiendo a la documentación de la época relativa a su persona, no hay dudas no sólo de su condición como hijodalgo, sino también de sus orígenes onubenses, pues con su nacimiento continuaba un linaje puramente serrano, ya que era hijo de Diego Navarro, natural de Corteconcepción y nacido en el 1678; y de María Rosa García Hidalgo, nacida también en Higuera en 1674.

Tras morir su madre, al poco de su nacimiento, fue llevado a Niebla por su padre, quien ejercía el cargo de corregidor en dicha villa onubense. Allí, y estando cuidado toda su infancia por una nodriza, ejercería un gran peso en su crianza su propio tío, Juan García Valladares, quien se encargaría de ofrecerle una excelsa educación hasta que obtuvo la mayoría de edad.

Interesado desde muy pronto en la profesión militar, ingresó el 1 de enero del año 1732 en los Reales Ejércitos, en concreto, en el regimiento de Guardias de Infantería, siendo partícipe de diversas acciones militares como la expedición de Orán en 1732, las guerras de Italia de 1733 y 1742 (destacándose en la batalla de Bitonto en 1734 y la conquista de Nápoles), así como también en el conflicto con Portugal en el año 1762; al tiempo que iría ascendiendo progresivamente durante todos estos años desde los rangos de alférez hasta, finalmente, el de mariscal de campo en el año de 1770, fruto de una excelente e intachable hoja de servicios castrense.


 Grabado del siglo XVIII de varios soldados del regimiento de Guardias de Infantería, cuerpo al que perteneció el higuereño Navarro. Fuente: www.alabarda.net
 

De igual modo, durante su estancia en Madrid, se iniciarían los procedimientos para su ingreso como caballero en la Orden de Santiago, concesión que se le otorgaría en 1763 tras presentar las preceptivas evidencias de pertenecer a un linaje de origen noble y cumplir sobradamente con los requisitos solicitados para la ordenación.

Tras su intervención en la campaña de Argel, liderada por Alejandro O´Reilly (1722-1794), inició en el mes de octubre del año de 1775 una carrera política paralela a la militar como Gobernador de Mataró, de Tarragona y, el que sería su cargo más destacado, como fue el de Gobernador y Capitán General de Cuba desde 1777, cargo que ostentaría hasta 1781, cuando fue nombrado capitán general del Ejército y provincia de Extremadura, regresando de tal modo a la península.

Sin embargo, quizás fuera su estancia como Capitán General de Cuba y Gobernador de la Plaza de la Habana la más destacada e interesante desde un punto de vista político, pues llevó a cabo en la isla caribeña numerosos esfuerzos para mejorar una tierra ya próspera y floreciente bajo el gobierno de su predecesor, Felipe de Fondesviela y Ondeano, marqués de La Torre (1725-1784).



Patio del Palacio de los Capitanes Generales de La Habana, donde residió Navarro desde 1777 hasta 1781. Fuente: www.airfrance.es


Consta en la documentación del Archivo de Indias de Sevilla que el 14 de marzo del año 1777 se registró su salida hacia el continente americano, mostrando una relación de los pasajeros que le acompañarían durante sus años como Gobernador, cargo que juraría en La Habana el 11 de junio de 1777. Así, tenemos claro que Navarro viajó acompañado de las siguientes personas: su mujer, Clara Torombel, el capellán, llamado Pedro Ortega, el mayordomo Mauricio Vicario, sus escribientes Manuel Ramírez, Antonio Cachurro y Antonio Rodríguez, su paje Alejandro Haldón, el ayuda de cámara Pedro Méndez, su ayuda de caballería Severo Filet y el cocinero Juan Terón.

Ya en Cuba, se dedicó a tratar de erradicar numerosos abusos en el cumplimiento de las leyes, que eran del todo perjudiciales para muchos comerciantes de la isla, por lo que emitió un decreto el 11 de enero del año 1779, a fin de regular las normas para el óptimo funcionamiento de los tribunales y los funcionarios de justicia.

Asimismo, el militar higuereño, y precisamente por la proximidad territorial, tendría un gran protagonismo durante la Revolución Americana, pues bajo su mandato se enviaron refuerzos de tropas, en diez navíos de guerra, para el ejército del mariscal de campo y Gobernador de Luisiana, Bernardo de Gálvez (1746-1786), quien conquistó toda la Florida británica y obtuvo la rendición de los fuertes de Manchac, Mobila, Natchez, Baton Rouge y, muy especialmente, la que fuera su plaza más importante, Pensacola, que sería entregada a Gálvez por el general inglés John Campbell en el año de 1781, pasando a ser desde entonces las Floridas un único territorio español, lo cual favorecería un segundo frente militar contra una Gran Bretaña ya exhausta. Del mismo modo, el gobernador higuereño de Cuba recibió y acuarteló a todos los efectivos enviados desde la península, al tiempo que estableció hospitales para el cuidado de los enfermos y heridos en combate españoles que procedían de las luchas en suelo norteamericano.


 Grabado de La Habana bajo el gobierno del higuereño Navarro a fines del siglo XVIII. Fuente: Diario de Don Francisco de Saavedra.


También, una de las últimas gestiones realizadas por el higuereño como Gobernador de Cuba fue recibir y despachar al ministro Francisco de Saavedra (1746-1819), uno de los más destacados diplomáticos y militares del reinado de Carlos III, y quien acudió a La Habana en concepto de comisario regio plenipotenciario para confirmar la expulsión de los ingleses de todo el Golfo de México y establecer nuevas relaciones diplomáticas con los incipientes Estados Unidos.

Precisamente, el diario de Saavedra cuenta cómo el 23 de enero de 1781 se reunió con el onubense en tales términos:

A las 8 de la mañana me presenté al Gobernador, que entonces era don Diego Navarro, el cual me recibió con mucho afecto y me entregó una carta reservada de la Corte. Contenía el duplicado de la credencial que yo llevaba y de las demás órdenes reservadas que arrojé a la mar al tiempo de mi apresamiento. Como el contenido de la credencial se reducía a manifestar quien yo era y el objeto de mi viaje y prevenir que en la Junta de Generales se diese ascenso a quien yo dijera de palabra, pude pintar al Gobernador la situación de Europa, los deseos del Soberano de que allí se obrase con el mayor vigor y la necesidad de poner en práctica las operaciones proyectadas por nuestra Corte. Él, como bien intencionado, aunque decaído de fuerzas por sus muchos años, manifestó con las más vivas expresiones, su fervoroso deseo de que se cumpliesen con la posible prontitud los preceptos de Su Majestad”.

En este mismo año, Navarro ya abandonaría su puesto como regidor máximo de la isla caribeña, siendo sustituido en el puesto por Juan Manuel de Cagigal y Monserrate (1757-1823), y regresando de nuevo a la península, donde fue nombrado en el mes de junio de 1782 Consejero de Guerra por su gran experiencia militar, y que a la sazón fue el último cargo que ostentó hasta su muerte, acontecida en Madrid el 8 de marzo del año 1784, siendo enterrado en la cripta del convento de la Merced de La Calzada.




BIBLIOGRAFÍA:


-MORALES PADRÓN, F. Diario de Don Francisco de Saavedra. Ed. CSIC, Sevilla, 2004. ISBN: 978-84-00-08257-4

-Archivo General de Indias (AGI), Contratación.

-DE CADENAS Y VICENT, Vicente. Caballeros de la Orden de Santiago. Siglo XVIII. Tomo V. Ed. Hidalguía, Madrid, 1980. ISBN: 84-00-0468-8.

-www.ecured.cu

-MORALES PADRÓN, F. Diario de Don Francisco de Saavedra. Ed. CSIC, Sevilla, 2004. ISBN: 978-84-00-08257-4

-www.rah.es


martes, 15 de enero de 2019

El diputado sanjuanero José Morales en las Cortes de Cádiz

Estando inmerso el reino de España en el 1809 en una cruenta guerra contra el invasor francés, surge la preocupación, por parte de la Junta Central, es decir, la principal institución revolucionaria y depositaria última de la soberanía nacional hispana, de efectuar una convocatoria de Cortes que permitiese otorgar una Constitución formal ex novo a la nación española e introducir novedosas reformas en el ámbito legislativo establecido.

Asimismo, la intencionalidad que perseguía esta convocatoria de Cortes no obedeció de manera exclusiva a lograr un objetivo político, sino que también propugnaba incentivar la lucha armada contra el enemigo, pues resultaba necesario restaurar la moral y restablecer el dominio militar tras producirse la derrota en Ocaña el día 19 de noviembre de 1809.

De tal forma, la Junta Central, ante el gran avance de las tropas napoleónicas, busca una mayor seguridad y operatividad, y decide trasladarse al Teatro Cómico de la Real Isla de León (en la actual San Fernando) el día 13 de enero del 1810, celebrándose su primera sesión el 23 de septiembre de ese mismo año; aunque, al poco, quedaría definitivamente disuelta previo nombramiento de una nueva institución estatal, la Regencia, cuya función principal debía ser la de implementar unas futuras Cortes estamentales.


 Grabado de la sesión de las Cortes de Cádiz. Fundación Lázaro Galdiano, Madrid. Fuente: www.bne.es
 

En su composición durante los años en que perduraron, las Cortes se nutrieron de un total de 702 diputados, que no ostentaron sino cargos pertenecientes al sector eclesiástico, de la abogacía, de la milicia, de la nobleza, así como también de una representación de académicos, catedráticos y personas pertenecientes al estamento llano.

Uno de estos diputados a Cortes y presidente de las mismas desde el 24 de noviembre al 23 de diciembre del año 1810 fue José Luis Morales Gallego, quien nació en la localidad onubense de San Juan del Puerto el 23 de julio del año 1754. Sus padres fueron el también sanjuanero Juan Morales de Mora y la granadina Nicolasa Gertrudis Gallego; y siendo la mujer con quien contrajo matrimonio la sevillana Juana María del Amparo Silva y Abreu, con la que llegó a tener tres hijos. Asimismo, en las fuentes documentales consta que su muerte se produjo en la ciudad de Sevilla el día 6 de febrero del 1818, siendo enterrado en la capilla de San José de la catedral hispalense.

Morales estudió leyes, ingresando en el Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla en 1793, ciudad ésta que le influiría en su ánimo para convertirse allí en un destacado patriota y antifrancés, siendo éste un hecho que le valió posteriormente para ser elegido vocal de la Junta Suprema de España e Indias. También, llegaría a ejercer el cargo de fiscal de los Reales Alcázares de Sevilla desde los años 1784 hasta 1815.

El 3 de agosto del año de 1810, fue elegido diputado a las Cortes gaditanas en la ciudad de Ayamonte, pues Sevilla estaba ocupada por los invasores franceses, valiéndose para ello de su condición ideológica adscrita al liberalismo moderado, que le llevó a defender la plena autoridad de las Cortes constituyentes en todo momento, y contribuyendo a su causa mediante la redacción de nuevas leyes.


 Juramento de las Cortes de Cádiz en la iglesia de San Fernando. Obra de José Casado del Alisal expuesta en el Congreso de los Diputados. Fuente: www.wikimedia.org
 

Del mismo modo, se distinguió como un fervoroso patriota, tal y como podemos observar en este escrito perteneciente a uno de sus discursos pronunciados en las sesiones de Cortes del 26 de abril de 1811:

Aunque mi profesión no sea la militar, no me falta el conocimiento en lo que he visto y tocado muy de cerca. Desde el mes de Julio del año pasado, el ejército de Extremadura pudo haber salvado aquella provincia, la de Andalucía, y puesto en carrera la salvación de la Patria; pero no hubo Gobierno que tuviese vigor para hacer ejecutar lo que convenía y mandaba, y el resultado ha sido perderse un ejército tan recomendable, cuya falta nunca será bastantemente sentida, la capital y toda la provincia. Esto mismo, aunque por otro orden, acaba V. M. de tocar muy de cerca.

¿Qué esperanzas no ofrecía la expedición de Chiclana, y qué aspecto tan favorable no presentó para la salvación de las Andalucías? Pero su resultado ha sido nulo, y por desgracia todo ha desaparecido como el humo. ¿Qué es del ejército del centro, aislado doce o catorce meses hace, sin que la Nación logre fruto alguno de lo que invierte en su conservación?

Morales fue un diputado muy activo en la actividad parlamentaria, pues perteneció a doce comisiones distintas e intervino en numerosos debates políticos. En su pensamiento, y como firmante de la Constitución de 1812, aceptaba el principio de soberanía nacional, se manifestó muy contrario al derecho de la libertad de imprenta, pues creía que la Fe católica podría verse atacada si cada ciudadano tuviera libertad absoluta de opinión desde diversos medios y sectores y, asimismo, solicitó la confiscación de los bienes de los afrancesados, que habrían de quedar al servicio de los intereses nacionales.

De igual forma, el diputado sanjuanero no era partidario de prohibir al rey su potestad de dictaminar las leyes en conjunción con las Cortes parlamentarias; y se opuso también a los señoríos, considerándolos como del todo ineficaces según sus propias palabras:

...bastante recompensados están los dueños con lo que tienen cobrado, que es aun más allá de lo que debieron, según el capital que desembolsaron; ¿y es posible que se discurra así? ¿de dónde consta esta aserción? ¿será bastante la noticia o presunción particular de alguno para decidir este asunto en justicia sin conocimiento ni audiencia d ellos interesados? Aun cuando constase de otra manera, prestaría mérito para una reserva en favor de la Nación, pero sin suspender el abono de réditos una vez reconocido el capital; porque sobre la justicia intrínseca de deberlo hacer, concurre el que no haya de retardarse lo líquido por lo que no lo es. De otro modo se ataca directamente el sagrado derecho de propiedad que tanto se oye reclamar en este augusto Congreso, y no es razón que lo sostengamos con parcialidad”.


 Monumento a las Cortes en Cádiz. Fuente: www.wikimedia.org
 

De otro lado, defendió un impulso de la Justicia a fin de no retrasar los procesos judiciales y la aplicación de las resoluciones e, igualmente, promovió también la inviolabilidad de la correspondencia. No obstante, y al respecto de estos mismos asuntos, nos resulta más esclarecedor a la hora de entender su pensamiento el acudir a los diarios de sesiones de las Cortes gaditanas, donde quedaron grabadas numerosas ideas que reflejan muy claramente su propia personalidad e ideario político:

Este es el verdadero origen, y no el de que nuestra Nación subsiste aun en la costumbre de no obedecer. Su desgracia es haber obedecido más de lo que debía. Veinte o más años de obediencia a un Gobierno desolador y a un execrable favorito, fue lo que la condujo a las desgracias que lamenta. Esto es bien claro: examinémoslo, y no quedará duda en que de este principio parten todos los males”.

Resulta indudable, en definitiva, la destacada actividad política y parlamentaria del sanjuanero Morales Gallego al servicio de España en tales momentos difíciles y, por este motivo, el Ayuntamiento de San Juan del Puerto inició en el año 2011 los trámites para conceder el título de Hijo Predilecto de la localidad onubense a este destacado diputado; cuya labor política en las Cortes gaditanas, al igual que la de tantos otros, favoreció una respuesta revolucionaria general y en defensa de la soberanía nacional en contraposición a la dominación francesa, que fue la causante de llevar a la nación española a uno de los momentos más críticos de su historia.





BIBLIOGRAFÏA:


-Dufour, G. La Guerra de la Independencia. Ed. Historia 16. Madrid, 1999. ISBN: 84-7679-144-5.

-Núñez García, V. Los parlamentarios de Huelva en las Cortes de Cádiz. Discursos y debates políticos, Huelva, Universidad de Huelva, 2012.

-www.congreso.es

-www.rah.es