La
adquisición de los territorios mineros próximos al actual municipio
de Minas de Riotinto y la implantación de medios, infraestructuras y
personal en ellos por parte del consorcio británico The Rio Tinto
Company Limited en 1873 propició, como se ha visto en otros
artículos, un gran desarrollo industrial en la zona; pero,
igualmente, el establecimiento de unas costumbres y modos de vida
determinados típicamente foráneos que contrastaban sobremanera con
la cotidianidad y las tradiciones locales ya arraigadas desde hacía
siglos en esta parte del Andévalo onubense.
Así,
no sólo destacó en la localidad la práctica de desconocidos
deportes hasta entonces por parte de los trabajadores extranjeros, o
el ejercicio de actividades sociales y culturales propiamente
británicas, sino que también resultó de relevancia en este
territorio la organización y práctica del culto religioso
protestante que otorgara un servicio permanente a la incipiente
población extranjera que iba asentándose en el núcleo urbano de
Bella Vista para trabajar en las explotaciones mineras riotinteñas.
Si
bien ciertas publicaciones históricas dan a entender, al respecto de
la implantación de los extranjeros en las explotaciones mineras de
Riotinto, un total aislamiento y una vida social enclaustrada por
parte de los trabajadores británicos y sus familias en el último
tercio del s. XIX y principios del XX, no resulta ello completamente
veraz a tenor de la documentación conservada, que refiere múltiples
interacciones de la compañía con las autoridades políticas
locales, al tiempo que también se interactuaba regularmente con la
población local en fechas festivas o realizando determinadas
actuaciones para la población local (construcción de viviendas,
establecimiento de servicios hospitalarios, reorganización de la
banda de música municipal, creación de escuelas, mejoras en el
saneamiento público, implantación de economatos, financiación de
la fábrica de la iglesia católica, etc), y siendo además el acto
social más remarcable al respecto de la convivencia la celebración
conjunta entre ambas comunidades del fin de la I Guerra Mundial. En
efecto, ninguna comunidad ha podido prosperar y vivir aislada en
ningún momento de la Historia y, en este caso, quizás sea la lógica
preservación de unos valores victorianos y un modo de vida
identitario que exportaron a España lo que hace pensar en ese
aislamiento propio en tierras lejanas; y en este mismo sentido, la
vida circunscrita a una comunidad angloparlante y la religión
protestante serían los dos factores principales que los unía y que
trataron de preservar en todo momento.
El
Presidente escocés de la R.T.C.L. Hugh Matheson, impulsor del
presbiterianismo en Riotinto. Fuente: www.wikimedia.org
A
este respecto, y ahondando en el terreno de la religión, ciertos
autores afirman que entre 1873 y 1882 no hubo servicios religiosos
dispensados regularmente para el personal británico establecido en
Riotinto, sino que era el obispo de Gibraltar quien realizaba visitas
ocasionales a las minas, a ruego de la Compañía, para efectuar los
oficios a los miembros anglicanos de su personal. Sin embargo, en el
mes de noviembre de 1881, el obispo de la colonia británica Charles
Waldegrave Sandford efectuó un viaje a la provincia de Huelva a fin
de tomar contacto con las comunidades británicas asentadas en la
provincia y ofrecerles su servicio pastoral, y ya constata en sus
notas que existía un Pastor Presbiteriano que hacía las veces de
capellán. Además, estos escritos de Sandford al respecto de su
visita a las tierras onubenses refieren el número de británicos
residentes en Huelva y Riotinto, el estado del cementerio protestante
de la capital, los oficios religiosos realizados a trabajadores y
marineros anglosajones o, incluso, la producción del mineral
obtenida en esos años:
“During
the month of November I paid a visit to Huelva and the mines of Rio
Tinto. There are at Huelva about sixteen British residents, besides a
large and shifting body of British seamen. On the evening of my
arrival at Huelva I gave a short address to some seamen and others at
a service held in the house of the Manager of the British Mining
Company. The British cemetery I found in good order. A journey of
four hours on a line belonging to the company brought me from Huelva
to Rio Tinto, where there are about eighty British residents
superintending thirteen thousand Spaniard and Portuguese workmen
employed in the mines. The mines produce in the year a million tons
of mineral ore. The ore contains 4 per cent copper, 48 sulphur, the
residue being mostly iron. The Company consists of Scottish
Presbyterians, who have secured the services of a Presbyterian
Minister to act as Chaplain to the British colony. Schools are
established by the Company for the children of the Spanish and
Portuguese miners. The representatives of the Company took me over
the mines, and shewed me great kindness and hospitality”.
El
obispo de Gibraltar Charles W. Sandford (1828-1903). Fuente:
www.npg.org.uk
No
resulta claro que el capellán viviera de forma permanente allí,
puesto que el presidente escocés de la compañía británica,
Matheson, propuso en 1882 el nombramiento de un Pastor que realizara
sus oficios religiosos en la comunidad de manera continuada. De este
modo, y una vez aprobado por el Consejo o Board, fue elegido
para dicho cargo el sacerdote presbiteriano escocés David Mc.
Donald, quien permanecería en el cargo desde julio de 1883 hasta
febrero de 1887, año en el que tuvo que presentar su dimisión para
cuidar a su esposa enferma. Le sustituyó el Reverendo John Jeffrey,
permaneciendo en el puesto hasta el 1909.
Así,
y a medida que el número de fieles aumentaba, tanto el Reverendo
como la dirección de la compañía advirtieron la necesidad de
construir una iglesia para servir espiritualmente a la comunidad
foránea. La decisión de construirla fue adoptada finalmente en 1891
con un presupuesto de 1.150 libras y se situó dentro de los límites
del barrio británico. Una vez concluyeron las obras del edificio en
el año 1893, éste semejaba tanto interna como externamente una
iglesia presbiteriana escocesa o Kirk.
Sin
entrar a valorar profusamente las virtudes arquitectónicas del
edificio, cabe aquí añadir que, exteriormente, se trata de una
fábrica de piedra de una única nave a dos aguas, estando protegidos
sus laterales por tres pilastras y con dos atrios sobresalientes que
conforman el atrio y la sacristía. Además, las ventanas de la
capilla son ojivales, con cristaleras y contraventanas de lamas que
están bordeadas por ladrillo, al igual que las esquinas y pilastras
de la fábrica. El edificio estaba rodeado originariamente por una
verja metálica, que ya no se conserva, y posee una puerta enrejada
de hierro culminada con la representación de un cardo, símbolo de
Escocia, que aun es posible contemplar.
La
capilla presbiteriana de Bella Vista (Minas de Riotinto). Fuente:
Elaboración Propia.
En
su interior resulta posible admirar un artesonado de madera, la
bancada original para los fieles también elaborada en madera y el
órgano de principios del siglo XX, aunque ya no se conserva el
retablo original; estando todo ello en simbiosis con un estilo sobrio
y que respondía al modo de proceder protestante, diferente al
católico en cuanto a la ornamentación. La capilla tuvo un uso
religioso continuado durante el tiempo en el que permanecieron los
británicos en Riotinto, tornándose a albergar el culto católico
por escaso tiempo cuando las minas fueron explotadas nuevamente por
los españoles y, ya en las décadas más recientes, el edificio ha
servido para la celebración de actos culturales diversos.
En
lo referente al ejercicio del culto protestante en el barrio, y si
bien fueron numerosos los capellanes presbiterianos que ejercieron su
magisterio en Bella Vista para dar servicio religioso a la cada vez
más creciente comunidad británica de Riotinto, cabe decir que
destacó la figura del Reverendo John Jameson, por ser el que
permaneció por más tiempo en esta localidad onubense, en concreto,
hasta el 1921. Así, atendiendo a los aspectos bigráficos más
destacados de su persona, se sabe que nació en el municipio escocés
de Perth en el año 1842, siendo hijo de J.W. Jameson y Jane Grey,
estudiando en la Universidad de Edimburgo y comenzando su actividad
pastoral en las islas Shetland a la edad de veinticinco años.
Dos
años más tarde prosiguió la pedagogía religiosa fuera de su país,
llegando a Madrid en diciembre de 1869 una vez fue nombrado
representante de la Sociedad Bíblica de Escocia,
aunque en el 1871 regresó de nuevo a Escocia para contraer
matrimonio con Marianne Alexa Johnston, con quien tuvo seis
hijos, de los que cuatro nacieron en la capital de España una vez
que retornó a ella para proseguir con su actividad pastoral tras su
enlace matrimonial. Durante su estancia en Madrid fue nombrado
responsable de la Secretaría de la Sociedad de Tratados de
Londres y, entre los años 1888 y 1894, se encargó también de
la Oficina de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera.
La
familia del Reverendo Jameson. Fuente:
http://recuerdosderiotinto.blogspot.com
La
The Rio Tinto Company Limited, conocedora
de su buen hacer como Pastor de la Iglesia Presbiteriana en
territorio español, a lo que añadía su completo dominio del
castellano, decidió su contratación en el año 1901 para que
ejerciera su actividad pastoral en la capilla de Bella Vista. No
sabemos si, al existir ya un capellán, Jameson actuó como ayudante
del mismo o ejerció otras actividades pastorales en este tiempo,
aunque cobraba por ello unas 300 libras al año a las que se
añadieron otras 150 más por ejercer el magisterio en las escuelas
prtestantes de la localidad que eran propiedad de la compañía
británica, trabajo que ejerció hasta el 1915, cuando las escuelas
comenzaron a enseñar la doctrina católica.
La
familia de Jameson residió en la vivienda nº 14 del barrio de Bella
Vista y, al poco de su establecimiento en la localidad, en 1902,
falleció su mujer, cuyos restos fueron trasladados al cementerio de
Huelva para su eterno descanso. Jameson continuó residiendo en la
localidad onubense hasta que causó baja por enfermedad en 1921,
regresando a Inglaterra y donde falleció en julio de ese mismo año,
siendo enterrado en el cementerio de Bandon Hill, en Surrey.
BIBLIOGRAFÍA: -https://archive.org/stream/6122017Tomo1LasPrimerasCongregaciones -https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/46942 -http://protestantedigital.com/blogs/1386/La_capilla_presbiteriana_de_Bella_Vista -http://recuerdosderiotinto.blogspot.com/2013/01/capilla-presbiteriana-13.html
Pienso que pocos años después de la llegada de D. Hugo, debió vvir en Riotinto un predicador presbiteriano anterior al que mencionais lo busco en Avery. Incluso hubo una ola de potentismo en España a mediados del XIX, como tengo cosntatado en archivos consultados por mi,
ResponderEliminarJosé Romero Delgado.