¿Qué es la Historia?

"La Historia cuenta lo que sucedió, la Poesía lo que debía suceder"

Aristóteles (384-322 a.C.)

lunes, 4 de enero de 2021

El motín del bergantín «Christopher» en las costas onubenses en 1753.

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la palabra motín como un «movimiento desordenado de una muchedumbre, por lo común contra la autoridad constituida». Y ello mismo pareció acontecer entre la tripulación de un buque británico que estaba situado frente a la costa portuguesa, pero que también alcanzaría la onubense durante su sublevación en los primeros días de agosto de 1753. 

La documentación refiere que un buque español, en su periplo marítimo, halló otro navío frente a las costas del Algarve portugués que parecía no tener tripulación alguna y que, precisamente al estar sin gobierno, se movía a discreción del fuerte oleaje predominante en dirección a las aguas españolas. Así, algunos marinos decidieron subir a bordo del navío abandonado, comprobando que efectivamente se trataba de una nave extranjera por los efectos encontrados en su interior y, al hallar signos de ataque, comunicaron su hallazgo a las autoridades. Al poco, y tras iniciar éstas una investigación en la que hubo dudas relativas a determinar si lo que aconteció se trató realmente de un motín o un ataque pirático, finalmente se concluyó, por las pruebas encontradas, que una parte de la tripulación del navío se sublevó contra su capitán y trató asimismo de huir en un bote para asaltar otros buques fondeados en el puerto de Moguer. 

Este hecho luctuoso fue publicado por la Gaceta de Londres en octubre de 1753, aunque refiriéndose a hechos acontecidos en el mes de agosto pasado, de tal forma:

«Hace dos días, el capitán de un buque catalán que venía a fondear en ese lugar, escribió al cónsul español, informándole que se había encontrado en el mar con un bergantín sin gente a bordo, y que por medio de tres papeles que se habían hallado, juzgó que era inglés, por lo que deseaba que le enviaran a un natural de esa nación. En consecuencia, fue enviado John Lampriere, un comerciante británico de ese lugar; quien acudió inmediatamente cuando el capitán le informó que, a eso de las ocho de la mañana, se encontró con el bergantín antes mencionado en el mar y, sospechando por su falta, que no tenía a nadie con quien dirigir su curso, envió a algunos de sus hombres a su barco para examinarlo, quienes, como esperaba, no encontraron ninguna criatura viva a bordo; pero sí observaron que todo estaba en un gran desorden.

 

 

 
Figura 1. Pintura de un bergantín británico en 1752 similar al Christopher. Fuente: https://collections.rmg.co.uk/collections

 

Ya dentro, la puerta del capitán se abrió y apareció un poco de sangre seca sobre el suelo cerca del camarote; por lo cual, así como por varias otras circunstancias, imaginaron que allí se había cometido alguna violencia. El señor Lampriere subió inmediatamente a bordo del bergantín para tomar posesión de él, cuando encontró que todo lo que habían dicho los catalanes era exactamente cierto y que su carga también estaba intacta. Por medio de los papeles encontrados a bordo, parecía que este buque es el Christopher, siendo su capitán John Herron, quien navegaba con destino de Málaga a Dublín.

Había varias pruebas de embarque en la cabina del barco, y el diario de a bordo acabó hacia las seis de la tarde del viernes 10 de agosto, pero no contó el paso del Mediterráneo. Desde que recibimos el relato anterior de Faro hemos sido informados por cartas de Cádiz que al recibir allí la noticia de lo que le había sucedido al británico, mencionado anteriormente, habían detenido un pequeño buque, que había sido observado (aunque nadie podría dar alguna cuenta de ella) de querer llegar en varias ocasiones a un lugar llamado Huelva, en la Andalucía.

Se detuvieron a cinco de su tripulación; pero el resto, que asciende a unos veinte más, fueron a apoderarse de dos nuevos jabeques, que estaban en un pequeño puerto cerca de Huelva, llamado Moguer. Estas cartas añaden que esta banda de piratas está formada por personas de varias naciones y que los cinco que fueron capturados, serían juzgados en poco tiempo, cuando no se dudaba de su culpa, pero que, entre otras cosas, confesarían por encima del asunto, ya que, se decía, se encontraron en su poder trozos de páginas del diario acerca del paso del Mediterráneo, pertenecientes al bergantín».

 

Figura 2. Actual ribera del Tinto en Moguer, donde los amotinados intentaron capturar dos buques para emprender su huida. Fuente: www.aytomoguer.es

 

Por su parte, el ejemplar de noviembre de la Gaceta de Madrid de 1753, también aporta más detalles sobre este amotinamiento acontecido en el bergantín británico:

«Este Capitán, su Piloto, tres passageros, y cuatro Marineros fueron muertos por el resto de la Tripulación. Después de haver cometido los agressores tan inhumana acción, se apoderaron de los principales efectos que havía a bordo del Navío, y se metieron en el Bote para arribar a alguna de las Costas de España.

A la entrada de la Ría de Guelva descubrieron un Navío, que estaba a la Ancla, e intentaron tomarle; pero haviendo acudido promptamente en mucho número los Vecinos del Lugar de Moguer al socorro de esta Embarcación, apresaron a estos miserables».

Finalmente, durante el desarrollo del juicio, se supo toda la verdad de lo acontecido una vez que los culpables confesaron el delito tipificado de amotinamiento por la reglamentación naval: «Estos villanos confesaron haber matado al Capitán Heron y toda su Tripulación, quien fue el Comandante del bergantín Christopher, con destino Málaga a Dublín, y que fue posteriormente encontrado en el mar».

 

 

Bibliografía:

-The London Gazette.

-Gaceta de Madrid.

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