El teniente general Francisco Fernández Bernal nació el 30 de agosto de 1847 en la villa onubense de Valverde del Camino y murió en Getafe (Madrid) el 5 de noviembre de 1907.
Sus padres fueron Francisco Fernández Pourquies y Benita Bernal Lozano. Ya desde muy pronto, el joven valverdeño se interesó por la carrera militar, quizás influenciado por el hecho de que su padre ostentara el rango de coronel de Infantería.
Así, Fernández decidió ingresar también como cadete en la Academia de Infantería de Toledo, finalizando allí sus estudios en el año 1865 con el empleo de alférez. Sin embargo, y antes de concluir su instrucción, fue destinado a Ceuta y Melilla y, en el 1868, ya consta su participación en el combate de Alcolea. Alcanzado su objetivo de ser militar profesional, fue destinado a combatir a los carlistas en los diversos frentes del norte de España, distinguiéndose asimismo su valor en los combates llevadas a cabo por su batallón en Cataluña, donde destacaron sus acciones en Esparraguera y Martorell.
De Cataluña pasaría a la ciudad de Valencia, donde atacó y ayudó a rendir la ciudad, que estaba subvertida por los revolucionarios cantonales. Tras ser requerido nuevamente en el norte, se puso a las órdenes del general Serrano, quien dirigía las operaciones contra los carlistas de Álava y sus esfuerzos se vieron recompensados tras el exitoso ataque de Berrozi, que supuso su ascenso al grado de capitán.
Igualmente, en los años posteriores y durante la III Guerra Carlista (1872-1876), seguiría curtiéndose en las regiones del País Vasco, Cataluña y Asturias; luchando en diversas batallas donde se enfrentaría a las facciones de los líderes guerrilleros carlistas Fulgencio de Carasa y Naveda y de Antonio Lizárraga y Esquiroz. Aunque, en 1873, y a pesar de lo convulso de estos momentos, tuvo tiempo para contraer matrimonio con Dª María Antonia Uriszar de Aldaca y González.
En el año de 1875 consta como retirado del servicio activo del Ejército, aunque al poco tiempo, solicitó regresar al mismo una vez que prestó juramento y fidelidad al monarca Alfonso XII, pese a tener fuertes convicciones republicanas. Años más tarde, en el 1886, es embarcado con rumbo a Filipinas y ya con el rango de teniente coronel.
En el archipiélago asiático español ejerció mandos políticos y militares, tanto en Leyte como en Cotta-Bato y Mindanao, con el grado de comandante; y teniendo allí que sofocar diversas revueltas y ataques guerrilleros por parte de los insurrectos filipinos. Pero su acción más destacada fue en Marahuit en 1895, que le valió el ascenso a general de brigada. Tras una breve vuelta a la Península, sería destinado un año más tarde, en 1896, a Cuba, tras haberse iniciado en la provincia caribeña española un gran levantamiento generalizado contra la soberanía de la nación.
Allí, destacaron sus triunfos en las batallas de las Lomas de Mamey y Ceja del Negro contra los insurrectos en 1896 y que, asimismo, le valieron para la concesión de la gran cruz de Mérito Militar ese mismo año por el primer combate referido, mientras que se le otorgó la cruz de San Fernando por el segundo. Debido a todos estos méritos en la batalla fue ascendido a general de división en el año 1897.
Al general valverdeño se le otorgó la citada gran cruz del Mérito Militar conforme se recogió en el número 270 del DIARIO OFICIAL DEL MINISTERIO DE LA GUERRA, de 29 de noviembre de 1896, de tal modo:
«En atención a las circunstancias que concurren en el general de brigada Don Francisco Fernández Bernal, a los servicios que lleva prestados como jefe de una columna de operaciones del ejército de Cuba, y muy especialmente en consideración al mérito que ha contraído tomando parte en diferentes hechos de armas habidos desde febrero último hasta el nueve de agosto próximo pasado; en nombre de Mi Augusto Hijo El Rey Don Alfonso XIII, y como Reina Regente del Reino, vengo en concederle, a propuesta del General en Jefe de dicho ejército, y de acuerdo con el Consejo de Ministros , la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar, designada para premiar servicios de guerra, con la pensión que determina el último párrafo del artículo segundo del reglamento de treinta de diciembre de mil ochocientos ochenta y nueve. Dado en Palacio a veintisiete de noviembre de mil ochocientos noventa y seis. María Cristina. El Ministro de la Guerra, Marcelo de Azcárra».
En Cuba prosiguió con una intachable hoja de servicios gracias a sus acciones en el área de Pinar del Río contra los insurrectos y, posteriormente, continuaría luchando contra las tropas estadounidenses hasta que concluyó la Guerra Hispano-Cubano-Americana.
Una vez regresó a España en 1898, se le nombró comandante general de la 2.ª División y, pasado el tiempo, comandante general de Ceuta (desde 1902 hasta 1906), ascendiendo finalmente a teniente general ese último año.
Finalmente, el militar valverdeño falleció el día 5 de septiembre del 1907 en su casa de Getafe como consecuencia de un cólico exantemático y, en el momento de su muerte, ostentaba las destacadas condecoraciones de la cruz de San Hermenegildo (1906) y la de la Orden Militar de María Cristina.
BIBLIOGRAFÍA:
-Diario ABC, 6/09/1907.
-Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias y Artes, Tomo 1. Ed. Montaner y Simón, Barcelona, 1897.
-www.rah.es
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