¿Qué es la Historia?

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Aristóteles (384-322 a.C.)

viernes, 16 de marzo de 2018

La bomba de Ctesibio romana hallada en las minas de Calañas

La presencia romana en las minas de Calañas fue destacable desde época republicana, explotadas a buen seguro por sociedades particulares, siendo ello aceptado por el hallazgo de diversos artilugios de desagüe y por monedas datadas en ese período. Sin embargo, la actividad minera resurgió con mayor fuerza en época imperial, estableciéndose diversos pozos verticales y galerías de prospección en las laderas de los montes a lo largo de todo el territorio que ocupaban las explotaciones.

Ello lo refuerza el hecho que en el año 1889 tuviera lugar el hallazgo de una bomba de Ctesibio de bronce en las explotaciones mineras de Sotiel-Coronada, pertenecientes a la villa onubense de Calañas. Se trataba de una bomba hidráulica datada en época romana (ss. I-II), aunque el origen de este ingenio se retrotrae al siglo III a.C., pues fue inventado por el griego Ctesibio de Alejandría, y siendo ya este artilugio empleado en los tiempos antiguos como uno de los mecanismos más usuales para desaguar las labores mineras.

En efecto, en el siglo III a.C. surgió en dicha ciudad egipcia una escuela de científicos que crearon diversas máquinas del todo sofisticadas como la eolípila (se trataba de un caldero metálico lleno de agua, sobre el que se situaba una esfera hueca, al tiempo que un fuego lo  calentaba, y por medio del aire caliente que transitaba por dos tubos a la esfera, la hacía rotar al contactar con dos válvulas abiertas), el tornillo de Arquímedes, el reloj de agua e incluso algunos autómatas; destinadas, en principio, a un uso meramente recreativo. Sin embargo, la cultura romana, heredera de la griega, supo adaptar estos ingenios a usos mucho más funcionales y específicos, encontrándose los mineros entre ellos. 


 Demostración del funcionamiento de la eolípila por Herón. Fuente: www.nationalgeographic.com 
 

La descripción más exacta de este ingenioso mecanismo de desagüe empleado en época romana en las explotaciones mineras de Calañas nos la transmite el eminente arquitecto y tratadista Marco Vitrubio Polion (s. I a.C.), quien en su obra De architectura se refiere así a este ingenio:

...Es una máquina de bronce que en su parte inferior posee dos cubetas iguales, un poco separadas entre si, que tienen unos canales en forma de horquilla unidos del mismo modo y que van a dar a una misma vasija, colocada en medio. En la vasija hay unas válvulas, ajustadas con toda precisión, en las aberturas superiores de los canales. Cuando las válvulas cierran las aberturas de los conductos, impiden que salga lo que la fuerza del aire ha hecho penetrar dentro de la vasija. En la parte superior de la vasija se encaja una tapadera en forma de embudo invertido, bien ajustada mediante hebillas y clavijas, para que no la levante la fuerza del agua que va penetrando. En la parte superior se levanta en vertical un tubo, ajustado con toda exactitud, llamado «trompa». Las cubetas llevan debajo de las bocas inferiores de los tubos unas válvulas colocadas en su parte central, sobre los orificios de sus bases.

Desde la parte superior se introducen en las cubetas unos émbolos, terminados con el torno y lubrificados con aceite, que se ponen en movimiento mediante unas barras y palancas. Cuando las válvulas cierran los orificios los émbolos comprimen el aire que haya dentro junto con el agua. Debido a la inflación y a la presión hacen salir el agua a través de los orificios de los tubos hacia la vasija; el agua queda retenida por la tapadera y por la presión del aire se eleva a través del tubo; si colocamos un depósito de agua desde un lugar inferior se suministrará suficiente caudal para saltar en las fuentes, como surtidores...”

No obstante, el uso específico de este milenario mecanismo ha sido puesto en duda por diversos investigadores, quienes no otorgan una plena credibilidad al hecho de tratarse de un ingenio para aliviar el agua que inundaba los trabajos mineros, sino que han optado por considerarlo un fuelle, un método para renovar el aire en las galerías, una bomba que fuera usada para contrarrestar los posibles incendios, como medio para destruir rocas aplicándole agua una vez fueron previamente calentadas a gran temperatura o, incluso, que funcionase como un sistema mixto de bombeo de agua o aire según se requiriese. 


 Bomba de Ctesibio encontrada en las explotaciones mineras de Calañas. Fuente: www.mcu.es
 

Las dimensiones de la bomba de Ctesibio hallada en las minas de Calañas posee una altura de 93 cm, una anchura de 43 cm y el pistón tiene una longitud total de 13 cm. Funcionaba accionándose manualmente una palanca elaborada en madera ejerciendo un movimiento de vaivén a fin de que el agua ascendiera alternativamente desde la cámara de válvulas por los pistones. Ello hacía que se tratase de un artilugio de gran precisión para la labor que tenía encomendada, referida a hacer ascender únicamente el agua sin impurezas a una gran altura, pues su fiabilidad era mucho menor en comparación con el tornillo hidráulico o tornillo de Arquímedes si en el mecanismo se introducía grava, lodo o piedras, pues estos materiales podían obstruir los pistones y disminuir notablemente su eficacia.

Cabe decir aquí que no se trata, sin embargo, de un hallazgo único, pues este tipo de ingenios auxiliares de las labores mineras fueron utilizados en varias localizaciones mineras de la península Ibérica, pues también se encontraron otras bombas similares en Murcia, de plomo, y Almodóvar; aunque asimismo se han hallado ejemplares o restos de piezas similares en Irún o, ya fuera de nuestras fronteras, en países como Italia y Francia.

Esta pieza se conserva actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid en un excelente estado de conservación, donde es posible admirarlo como uno de los más destacados ejemplares de la máquinaria extractiva del agua en las labores mineras que, junto con las norias halladas en Minas de Riotinto, suponen el exponente máximo de la ingeniería romana aplicada a la actividad minera en nuestra provincia.

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