¿Qué es la Historia?

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Aristóteles (384-322 a.C.)

sábado, 31 de marzo de 2012

El muelle de la R.T.C.L. en Huelva


Una vez fueron adquiridas definitivamente las minas riotinteñas por el consorcio británico financiero The Rio Tinto Company Limited, el presidente de la compañía, el escocés Hugh Matheson, ordenó al ingeniero inglés George Barclay Bruce que trazara una línea férrea que conectase las explotaciones mineras de Riotinto y la ciudad de Huelva, así como también un muelle embarcadero del mineral sobre la ría del Odiel.

El artífice principal del proyecto, pues, sería Bruce, quien había nacido en el año 1821 en la ciudad inglesa de Newcastle, que por aquél entonces era una urbe industrializada con multitud de minas de carbón cercanas, lo cual no hizo sino acrecentar su interés, desde muy joven, sobre todo lo relativo al mundo de la ingeniería ferroviaria. De tal forma, consta que trabajó como ingeniero en 1842 en la construcción del trazado férreo Newcastle-Darlington y, tiempo después, en el de Northampton-Peterborough; al igual que una estancia desde 1851 a 1856 en la India, ya como miembro de la Institution of Civil Engineers británica, contribuyendo asimismo a la creación de la línea ferroviaria de Madrás.

Para el proyecto onubense, Bruce contaría con la ayuda de otro ingeniero reconocido, Thomas Gibson, nacido en Tarsdon en 1843. Tras adquirir Gibson una gran experiencia en la erección de estructuras con pilotes enroscados, acorde a la moda constructiva del momento en lo referente a muelles, Bruce lo recluta como Director de Obras para el muelle de la R.T.C.L. en Huelva.

Bruce presentó su proyecto de construcción del muelle y el embarcadero onubense a la Compañía británica en el mes de febrero de 1874, siendo remitido con posterioridad a la Junta de Obras del Puerto y al Ministerio de Obras Públicas. En dicho proyecto se establecía el levantamiento de una estructura metálica con pilotes de fundición y roscas de tipo helicoidal, columnas y vigas de hierro forjado, complementándose asimismo con vigas y tablones de madera. Igualmente, el embarcadero poseía una segunda estructura de madera, aumentando su planta en altitud, aunque de forma independiente del muelle inferior, a fin de protegerlo de posibles impactos resultantes del atraque de los buques.


El muelle cargadero del mineral. Fuente de la imagen: https://pixabay.com


El mayor problema al que tuvieron que hacer frente los ingenieros ingleses fue una gran superficie blanda sobre la que colocar los cimientos, por lo que el proyecto tuvo que sufrir remodelaciones para tratar de solventar este impedimento natural. De esta manera, se ideó el empleo de una cimentación basada en plataformas de madera sustentadas sobre el lecho fluvial, una vez se comprobó que la acción de los invertebrados no era suficiente para lograr una gran erosión de la madera.

La vida del muelle onubense abarcó casi un siglo, desde el año 1876 hasta el 1975, embarcándose en total unas ciento treinta millones de toneladas de mineral con destino a puertos ingleses.

Igualmente, y una vez cesada su finalidad originaria, el muelle onubense se yergue hoy día con su magnífico semblante sobre las aguas del Odiel, en tanto que destacado legado arquitectónico industrial británico en tierras onubenses que, tras su rehabilitación, quedó al servicio de la ciudadanía como monumento que conmemora la secular conexión entre el ciudadano onubense y su ancestral ría.

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