¿Qué es la Historia?

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Aristóteles (384-322 a.C.)

martes, 5 de febrero de 2019

Los vuelos del dirigible alemán Graf Zeppelin sobre Huelva (1929-1936)

El día 24 de abril del año 1929, por vez primera, una gran sombra ovalada se proyectó en suelo onubense, causando la admiración de los ciudadanos que, al mirar hacia el cielo, contemplaron con gran asombro cómo una aeronave de dimensiones enormes lo surcaba lenta y majestuosamente.

Se trataba del dirigible Graf Zeppelin LZ 127, una proeza de la navegación aérea por ser uno de los mayores aeróstatos construidos hasta la fecha, y cuyo nombre honraba a un reconocido militar y pionero de la aeronáutica alemana, el conde Ferdinand von Zeppelin (1838-1917) quien, interesado en estudiar las funcionalidades de los globos aerostáticos y su aplicación en la vida castrense, se propuso ir más allá en la investigación y comenzó a fabricar su propio globo dirigible, el Luftschiffbau Zeppelin (LZ), que efectuaría su primer vuelo sobre el lago Constanza, en Alemania, el 2 de julio del año 1900.

Estas aeronaves iban a convertirse en una revolución del transporte a principios del siglo XX, por lo que, muy pronto, surgirían proyectos nacionales ideados para establecer vuelos regulares en dirigibles que permitieran el traslado masivo de pasajeros. Esta idea, algo utópica en sus inicios, iría configurándose mediante proyectos como el propuesto por el teniente general español Emilio Herrera (1879-1967), quien siempre tuvo en mente el establecer una línea aérea transoceánica que conectase Europa y América por vía aérea para el transporte regular de pasajeros. 


 El Graf Zeppelin sobrevolando la ciudad de Buenos Aires. Fuente: www.wikimedia.org
 

De esta forma, el proyecto de Herrera consiguió materializarse mediante la creación de la compañía Colón Transaérea Española S.A., la cual decidió contactar con los ingenieros alemanes de Zeppelin para recibir asesoramiento en la creación de los dirigibles. Así, los especialistas germanos, en especial, Hugo Eckener y Eberhard Lephertz, idearon una ruta aérea fija entre las ciudades de Sevilla y Buenos Aires basada en una flota de zeppelines, por lo que decidieron acudir a sendos países para, ante todo, conseguir los preceptivos permisos gubernamentales del ambicioso proyecto y, en segundo término, analizar todas las necesidades y problemáticas para lograr la viabilidad del proyecto, en especial las relacionadas con la meteorología y sus efectos sobre los dirigibles.

Por su parte, y transcurridos ya varios años en los que se seguirían perfeccionando los aeróstatos en Europa surgiría, como se ha dicho, un nuevo modelo avanzado de dirigible, el Graf Zeppelin LZ 127, que fue construido por la empresa de Eckener, la Deutsches Luftschiff Zeppelin en la ciudad de Friedrichshafen (Alemania), y que realizaría su vuelo inicial el 18 de septiembre de 1928. Se trataba de un verdadero coloso del aire, pues poseía una longitud de unos 236.53 m., unos 30.48 m. de diámetro y un volumen total de 105.000 m³, potenciado con cinco motores Maybach VL-2 de 12 cilindros y 410 kW (550 CV) cada uno, lo que le permitía conseguir una velocidad máxima de 128 km/h. De igual modo, este enorme dirigible tenía capacidad para veinte pasajeros y unas treinta y seis personas como miembros de la tripulación.


 El vuelo del Graf Zeppelinn sobre Berlin. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=tpSPEc3ZTKE
 

Esta inmensa nave, que atraía todas las miradas en Alemania, necesitaba ser expuesta al mundo para demostrarle cómo el país germano se había convertido en una potencia aeronáutica tras resurgir de las cenizas que le produjeron el pago de las reparaciones de guerra de la primera contienda mundial. De tal modo, sus dueños pensaron que el mejor escaparate para el dirigible sería la realización de una circunnavegación aérea del planeta que se inició el 15 de agosto del 1929, para que todos los países que sobrevoló (Unión Soviética, Japón, Islas del Pacífico y los EE.UU.) pudieran admirar la inmensidad de dicha aeronave, consiguiendo así, además, una propaganda excelente para el gobierno del presidente Hindenburg al realizar la travesía en unas 128 horas sin aterrizar.

A este respecto, el corresponsal del diario ABC, en su crónica sobre dicha travesía, nos refiere lo siguiente sobre los selectos tripulantes que formarían parte del histórico viaje alrededor del mundo:

...Diez de los 20 pasajeros que irán a bordo del Conde Zeppelin en su viaje alrededor del mundo son periodistas. Uno, español, el representante de ABC, que tiene la exclusiva para toda España (Joaquín D. Rickard); M. Gervilie, de Le Matin; dos japoneses, el doctor Euti y el Sr. Kitgno; tres alemanes: Gustav Kavder, Heinz von Eschweger y Max Geisenheiwer; tres representantes más de la American Newspaper Syndicate: lady Grace Drumond, Carl von Wíegaud y sir Hubert Wilkins, el famoso explorador australiano. También van dos fotógrafos, Robert Hartrnan y Heinz von Perckhammer, y tres marinos: los comandantes Charles Rosendahl y. J.C. Richardson, americanos, y el bayor japonés Fujiyoshi. Asimismo forman parte del pasaje los profesores W.B. Seilkopf, alemán, y Johann Karklin, ruso, ambos meteorólogos; el doctor Jerónimo Mejías, español; Christoph Iselin, suizo, y el joven millonario de Nueva, York William Leeds”. 



 Salón comedor del Graf Zeppelin. Fuente: www.blog.zeppelin-museum.de
 

Y con igual emoción concluía Rickard su crónica periodística del 5 de septiembre de 1929 al acabar el viaje alrededor del mundo sobre el Graf Zeppelin:

...Al dejar el dirigible en el que acabarnos de dar la vuelta al mundo lo hacemos convencidos de haber participado en el mayor acontecimiento de nuestra vida. La velocidad media que hemos desarrollado desde Lakehurst a Friedrichshafen ha sido de 125 kilómetros. Hemos dado la vuelta al mundo en veinte días y cuatro horas, batiendo así, con tres días y medio de diferencia, el récord que sustentaba Mears, a pesar de que éste viajó sin interrupción alguna, mientras que nosotros hemos tenido siete días y medio de descansó en tierra firme. Durante todo el vuelo mundial los motores no han cesado de funcionar normalmente”.

Si embargo, y algunos meses antes de esta hazaña, tuvo lugar un vuelo promocional del Graf Zeppelin, siendo Huelva una de las varias ciudades europeas designadas para ser sobrevoladas en tal periplo histórico, a la que llegó el 24 de abril del año 1929; y siendo elegida, a buen seguro, debido a su cercanía a la gran celebración que acontecería en Sevilla ese mismo año, como fue la Exposición Iberoamericana. De este viaje, y a tenor de las fotografías que se realizaron desde su cubierta, se sabe que sobrevoló la ría onubense, la Punta del Sebo y los parajes naturales que delimitan las villas de Moguer y San Juan del Puerto.

Transcurridos dos años, en el mes de julio del año 1931, volvemos a tener noticias de un nuevo y arriesgado vuelo del ya famoso dirigible germano, pues esta vez puso rumbo al Ártico a fin de realizar un viaje de investigación y de comprobación de los sistemas de navegación de la aeronave ante un clima extremo, aunque meses antes ya había volado sobre Noruega, Islandia y algunas islas heladas. Pero éste no fue sino un viaje más de los casi seiscientos que llevó a cabo el Graf Zeppelin durante su servicio, asombrando por igual a los ciudadanos de todos los países que sobrevolaba.

Por su parte, y aun en el recuerdo de los onubenses la figura del dirigible, cuya visita fue atestiguada mediante la publicación de diversas fotografías y narraciones en la prensa de la época sobre el acontecimiento; habría que esperar nuevamente hasta el año de 1930, cuando, al menos en dos nuevas ocasiones, el dirigible alemán alza su figura de nuevo en el cielo onubense, siendo narrado este hecho por un periodista del diario argentino La Nación, quien nos refiere que el Graf Zeppelin sobrevoló a finales del mes de mayo no sólo Huelva, sino también La Rábida y Palos de la Frontera. 


 Postal remitida desde el Graf Zeppelin a un súbdito alemán residente en Huelva. Fuente: www.todocoleccion.net
 
 
Asimismo, la constatación del último viaje del dirigible sobre Huelva se produjo el día 7 de mayo del año 1936, cuando su imponente presencia volvió a hacer su aparición en los cielos onubenses, según la prensa, de tal forma:

Sobre las doce menos cuarto de la mañana, el público de Huelva se vio sorprendido con la vista del Graf Zeppelin. Éste volaba a escasísima altura, casi sobre los tejados. Evolucionó de esta forma unos minutos sobre la ciudad, poniendo proa hacia el mar y desapareciendo. Su paso por Huelva fue presenciado por numeroso público, que se echó a la calle y ocupó posiciones en las azoteas. El tiempo en Huelva es de fuerte viento y hay grandes nubarrones”.

De igual modo, la misma presencia del dirigible en Huelva provocó, incluso, su plasmación en una copla de los carnavales onubenses:

Cuando el  "Zeppelín"
 por Huelva pasó,
íbamos nosotros
 en la dirección.
Tan alto íbamos,
sin aterrizar,
 cuando por la radio
dijo el Capitán:
 "Huelva, ha de tener,
 la causa lo da a decir,
 que la "Mariposa  Negra",
 -¡Eh, se vuelve loca,
 por un " Zeppelín"!-

Finalmente, el Graf Zeppelin realizó su último vuelo el 18 de junio de 1937, aterrizando en Frankfurt y siendo cobijado en un enorme hangar. Allí, la magnífica aeronave que tantos kilómetros recorrió por todo el mundo años atrás, fue desinflada, despiezada por completo y sus elementos más destacados fueron expuestos en un museo; al tiempo que otros, tras la entrada en guerra de Alemania en 1939, fueron fundidos para ser reutilizados como piezas para los cazas de combate germanos.




BIBLIOGRAFÍA:


-Hemeroteca Digital Diario ABC.

-MARTÍN, Eloy. El D-LZ 127 Graf Zeppelin en Argentina, en www.histarmar.com.ar.

-www.airships.net

-www.huelvainformacion.es





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