Un hecho no
demasiado conocido que aconteció en nuestra provincia fue la visita que
efectuó el eminente médico histólogo Santiago Ramón y Cajal
(1852-1934) a finales de abril de 1906 a la capital y, en días
posteriores, a diversas localidades onubenses. Además, dicha visita
se produjo sólo unos meses antes de ganar el Premio Nobel de
Medicina ese mismo año por sus investigaciones y avances acerca de
una mejor comprensión del sistema nervioso.
En efecto, el médico
aragonés, acompañado de su esposa, Silveria Fañanas García,
arribó a Huelva procedente de Lisboa, donde había asistido a un
Congreso Internacional de Medicina, previo paso también por Badajoz,
integrándose ya en la ciudad pacense Mario González de Segovia como
nuevo acompañante, quien era Inspector Provincial de Sanidad; y, una
vez en Huelva, haría lo propio en la estación onubense de
Peguerillas el también galeno Manuel Méndez Brea.
Ya en la capital
onubense, no pudo ser recibido por el Gobernador Civil, Enrique Polo
de Lara, siendo a su vez atendido por su secretario, Sr. Páez. No obstante,
la jornada estuvo perfectamente planificada para ese día, visitando
destacados lugares de la ciudad tales como el muelle sobre la ría, y
paseando tranquilamente por sus concurridas calles.
El médico Ramón y Cajal en la Guerra de Cuba. Fuente: Museo del Ejército de Toledo.
A buen seguro, quizás el
lugar que mayor interés produjo en su devenir por la capital al
reputado médico fue el acceso a las instalaciones del Hospital de la
compañía británica Rio Tinto Company Limited, así como al interior de la
clínica del médico escocés afincado en Huelva William Alexander Mackay, siendo
recibida la comitiva por él mismo y los doctores Robert Rusell Ross, García
López y John Macdonald.
Allí, la mujer de Cajal
fue obsequiada con un ramo de claveles por parte de Macdonald, al
tiempo que ambos facultativos charlaban animosamente sobre diversos aspectos
de medicina, mostrando el histólogo español gran interés en las
investigaciones efectuadas por el médico escocés sobre el paludismo
en Huelva.
En torno a la una de la
tarde de ese mismo día, y mientras que algunos médicos y
personalidades acudían con intención de visitar a Ramón y Cajal al Hotel Internacional donde se alojaba, los ilustres visitantes,
junto a la comitiva de recepción, a la que se habían sumado otros
tres médicos más, emprendieron un nuevo periplo hacia el monasterio
de La Rábida, en Palos de la Frontera; lugar emblemático y de vital
importancia en la gesta colombina. Tras esta destacada visita,
retornaron nuevamente a la capital para contemplar los majestuosos
muelles mineros onubenses, deleitándose los invitados, según
afirman las crónicas periodísticas “...observando la interesante
maniobra de carga y descarga de los buques”.
Concluida esta jornada, y
en torno a las seis y cuarenta de la tarde, de nuevo se inicia un
periplo hacia el norte de la provincia, a fin de corresponder la
invitación efectuada por el Departamento Médico de la Rio Tinto
Company Limited establecido en Minas de Riotinto al ilustre
médico. Esta vez lo acompañarán, por ferrocarril y en un “coche
salón”, los doctores García López y Ross, quienes le presentarían
al director de la compañía minera, Arthur Carlyle.
Cajal conversando con el doctor Ross en las explotaciones mineras de Riotinto. Fuente: Instituto Cajal.
Un día después, tras
haber sido recibido con grandes atenciones en la localidad minera,
y pudiendo observar los avances tecnológicos dispuestos por los británicos en materia de sanidad minera, regresaría el prestigioso médico hasta el empalme ferroviario de
Niebla, desde donde tomaría el tren hacia Sevilla para, finalmente,
partir hacia Madrid desde la capital andaluza.
BIBLIOGRAFÍA:
-Diario La Provincia.
BIBLIOGRAFÍA:
-Diario La Provincia.
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