¿Qué es la Historia?

"La Historia cuenta lo que sucedió, la Poesía lo que debía suceder"

Aristóteles (384-322 a.C.)

lunes, 11 de diciembre de 2017

El hallazgo de un casco corintio en la ría de Huelva

La presencia griega en las costas onubenses en época protohistórica se constata en torno al 600 a.C., cuando los foceos fundan Masalia, la actual Marsella, y emprenden desde ese núcleo comercial diversos viajes por las costas peninsulares ibéricas, facilitados en gran medida por las famosas pentecónteras, navíos de cincuenta remos capaces de realizar largas travesías por mar.

Precisamente, y siguiendo a Heródoto (484-425 a.C.), sabemos que los griegos de Focea tuvieron contactos comerciales con Tartesos, estableciendo asimismo una gran amistad con el legendario rey Argantonio, quien les ofreció asentarse en su reino; pero, ante la negativa de éstos, les otorgaría cuantiosas riquezas para amurallar su metrópoli ante la constante presión y amenaza de invasión por parte de los ejércitos persas.

Igualmente, otros autores como Avieno y Estrabón nos hablan de la importancia de esta presencia helena desde comienzos del siglo VI a.C. en diversas áreas del sur peninsular, basada principalmente en la fundación de dos destacados establecimientos coloniales, Mainake y Hemeroscopeion, dedicados primordialmente a un beneficioso comercio con la cultura tartésica. No obstante, la arqueología contradice a las fuentes literarias clásicas al interpretar que se tratarían de establecimientos fenicios al que los griegos dieron su propia denominación toponímica.

Ello constata una interrelación comercial entre griegos, fenicios y tartesios, a través de las factorías o por medio de viajes efectuados ex profeso a las costas tartesias por mercaderes y navegantes con la principal misión de obtener metales preciosos, en especial plata, a cambio de aceite u objetos considerados muy valiosos que servirían para enaltecer el prestigio de las élites de la monarquía del mítico Tartesos.

Así, uno de estos objetos considerados de prestigio sería el yelmo griego de estilo corintio (κόρυς κορινθίη) aparecido en el fondo de la ría de Huelva gracias al dragado que se efectuó en el año 1930, y que está datado en torno al 560 a.C. Esta pieza se conserva actualmente en la Real Academia de la Historia, en Madrid; habiendo sido donada por José Albelda y Albert, quien fuera Director de las Obras del Puerto de Huelva hasta el 22 de octubre de 1932.


 Casco corintio hallado en la ría de Huelva en 1930. Fuente: www.rah.es

Se trata de un casco de unos 26´6 cm de altura, 33´6 cm de ancho y hasta 1´3 cm de grosor, y con un peso de 1.370´5 gramos. Está elaborado en bronce batido y no en cobre puro, como se determinaría en los primeros análisis efectuados en la pieza por Gómez Torga, el Director del Laboratorio de las minas de la Reunión, en el distrito minero de Riotinto. Asimismo, la pieza puede encuadrarse en una fase tipológica a caballo entre las primigenias formas de protección y otras más características y avanzadas propias del siglo V a.C.

Posee una forma antropomorfa, con unas grandes carrilleras más abiertas en su parte superior a fin de facilitar la respiración y propiciar el habla del soldado; así como una alargada protección nasal de casi 9´5 cm de largo, 2´7 cm de ancho y 1´3 cm de grosor. Igualmente posee unas características aperturas oculares almendradas, propias de este tipo de casco, carenadas en su parte superior para simular las cejas del guerrero.

El yelmo está decorado también con pequeños círculos realizados por troquel que adornan todo el borde frontal de las carrilleras, la protección de la nariz y el borde ocular. No obstante, su parte posterior está parcialmente destrozada y abollada, hecho éste que plausiblemente se ha de interpretar como una rotura intencionalmente efectuada en la Edad Antigua más que un daño producido por la draga de la ría, en tanto en cuanto se determinara inutilizarse para convertirse en un exvoto u ofrenda que fuese arrojada a las aguas onubenses para honrar y complacer a su divinidad protectora.


 Representación de Aquiles con un casco corintio en el ánfora de Exequias. Fuente: www.medium.com

A buen seguro, esta pieza militar formaba parte de la completa panoplia del hoplita griego, que se constituía en un todo; aparte del casco o κράνος, de la protección del torso, el thốrax, el escudo o aspis, las grebas, knêmis, la espada o xyphos, y siendo el arma principal de ataque del guerrero la lanza o dory.

Por su parte, la tesis de que se trata de un exvoto ritual se refuerza, además, por el hecho de haber aparecido otro casco helénico en el fondo del río Guadalete, en Cádiz, y conservado actualmente en el Museo de Jerez, siendo ello indicio claro de la práctica establecida de arrojar armas de diversa tipología a las profundidades marinas como ofrendas votivas para un ritual benefactor de las travesías marítimas, algo que estuvo muy arraigado en todos los territorios del mundo indoeuropeo.

Finalmente, debemos rechazar vinculación alguna entre este descubrimiento con otro destacado hallazgo acontecido también en el lecho marino de la ría onubense en el año 1923, cuando una anterior draga rescató un completo depósito de armas, diversos objetos asociados al vestir y útiles de bronce, presumiblemente fruto del hundimiento del navío que los portaba, y que se datan en torno a la segunda mitad del siglo XI a.C y mediados del IX a.C.


 
BIBLIOGRAFÍA:

-ALBELDA, J.L., OBERMAIER, H. El casco griego de Huelva. Clásicos de la arqueología de Huelva, ISSN: 1133-2085, Nº. 1, 1988, págs. 11-29.

2 comentarios:

  1. ¡Interesante! Buen artículo, amigo. Perdón mi ignorancia, pero me preguntaba algo sobre la decoración del casco. Los “pequeños círculos” tienen algún significado o importancia? O sea, ¿ cada casco se decoraba así o era un casco de alguien especial para tener la adición de los círculos?

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    1. En un origen, el armamento de los hoplitas lo costeaban los propios ciudadanos, pequeños propietarios, pero tras la reformas políticas de la época de Aristóteles los grandes propietarios accedieron también al ejército, demostrando su poder económico adornando la panoplia (armadura y armamento) con ostentosas decoraciones y motivos épicos o legendarios que les infundaban valor en los combates. Muchas gracias por tu comentario.

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