¿Qué es la Historia?

"La Historia cuenta lo que sucedió, la Poesía lo que debía suceder"

Aristóteles (384-322 a.C.)

martes, 21 de noviembre de 2017

La propuesta de defensa fronteriza de Huelva en el siglo XVIII

Los inicios del siglo XVIII en la Monarquía Hispánica coinciden con la implantación de una amplia batería de reformas, de diversa índole, impulsadas por Felipe V (1683-1746), primer monarca de la dinastía borbónica, tratando de modernizar e impulsar las muy deterioradas estructuras económicas, sociales y políticas que poseía el reino a su llegada al poder.

En este sentido, una de las numerosas reformas que fueron acometidas durante los primeros años de su reinado se encaminaron a la modernización de las estructuras militares, del todo inoperantes ya para un nuevo siglo que albergaba nuevas amenazas militares en función de los pactos de familia y alianzas que fuesen establecidas; apareciendo ahora distintas formas de combatir en los campos de batalla a otros ejércitos modernizados que actuaban según nuevos reglamentos, organización, orden de combate, tácticas y estrategias.

Pero, a efectos prácticos, se trató de incrementar y organizar de un mejor modo el número de los efectivos militares del reino, los cuales eran irrisorios en comparación con otros estados europeos, mostrando además una manifiesta inoperatividad. Para ello, se adoptaron medidas contempladas en las Ordenanzas de Flandes del 18 de diciembre de 1701 y en otras reglamentaciones posteriores, que contemplaban el reclutar un soldado por cada cien vecinos de una villa o establecer regimientos de quinientos o mil hombres en sustitución de los tercios


 Tropas españolas del reinado de Felipe V. Fuente: www.miniaturasmilitaresalfonscanovas.blogspot.com

De igual modo, y en los años siguientes, se tomaron importantes decisiones, entre las que destacan la unificación del mando militar con la figura del Secretario de Despacho de Guerra; la dotación a los soldados de fusiles con sus bayonetas como armas reglamentarias en sustitución de los anticuados mosquetes, picas y arcabuces; la subdivisión operativa de los ejércitos en batallones, escuadrones y compañías y una nueva nomenclatura para las graduaciones de los mandos y oficiales de las tropas.

No obstante, y en lo que nos ocupa, una de las más destacadas reformas ideadas fue la creación de un Cuerpo de Ingenieros en 1711, entendido como una unidad de élite capaz de solventar cualquier obra relacionada con la ingeniera militar y civil. Además, este mismo cuerpo consiguió una especial importancia en el territorio que actualmente conforma la provincia de Huelva, pues se trataba de un extenso área fronterizo que debía ser protegido mediante una compleja red de fortificaciones defensivas que protegieran a los súbditos ante posibles incursiones enemigas procedentes del reino de Portugal.

Se encargarían, también, de funciones como la identificación exacta del terreno y la elaboración de planos topográficos, el establecimiento de nuevas vías de comunicación, la restauración de viejas fortificaciones y, para la creación de las nuevas edificaciones, emplearían ya elementos funcionales y racionales propios del emergente estilo neoclásico. Y todo ello quedó plasmado en los proyectos de acuartelamientos para el Regimiento de Caballería de la Costa de Andalucía, ideados por el ingeniero militar Jerónimo Amici tras su visita, entre 1739 y 1740, como comisionado del rey para evaluar las posibles localizaciones para la implantación de los cuarteles en diversas villas y ciudades onubenses.

Así, en el año 1734, el rey sancionaría establecer tal regimiento de caballería en una gran extensión de nuestro territorio en los siguientes términos “...se agreguen, para más dotación del Regimiento, las ciudades de Ayamonte, y San Lúcar de Guadiana, y las demás Villas, y Lugares del Condado de Niebla, como también, que el reparto se haga distributivamente en ellas, y en todo el Reynado de Sevilla, comprehendido el campo de Gibraltar, la plaza de Tarifa y la Villa de Puerto Real”.

Esta planificación de cuarteles en un vasto territorio de Huelva obedecía a la necesidad de alojar a las tropas en emplazamientos fijos estratégicos, tratando a su vez de no causar molestos perjuicios a la población civil en sus continuos desplazamientos y pernoctaciones en viviendas de particulares o en los campamentos provisionales extramuros. Para el caso de la defensa de la frontera onubense del reino, los cuarteles se idearon para albergar compañías; esto es, unos cincuenta jinetes como máximo, con sus respectivos caballos, y debían situarse en el núcleo urbano, reutilizando en ocasiones antiguas edificaciones o estableciéndose otras nuevas en los anexos de las zonas amuralladas.


Plano del cuartel militar ideado por Amici para la ciudad de Huelva en 1740. Fuente: www.mcu.es

En efecto, en el siglo XVIII surgieron nuevas concepciones para dominar el arte de la poliorcética, lo que supuso un cambio radical no sólo en el empleo de los materiales de construcción de los fuertes, sino en la instalación de nuevos elementos arquitectónicos defensivos, diferentes a los que de manera tradicional se habían empleado hasta entonces. De tal forma, en esta centuria predominaron las tesis constructivas de los ingenieros militares franceses y flamencos traídos por el monarca borbón, destacando el neerlandés Joris Prosper Verboom (1665-1774); quien, basándose en las enseñanzas aprendidas en la Academia de Bruselas, establece los criterios para introducir elementos defensivos con la misión de repeler y adaptarse a poderosos proyectiles, ordenar geométricamente el espacio castrense o emplear racionalmente los materiales constructivos locales.

De otro lado, los cuarteles proyectados por Amici debían establecerse en villas que ostentasen una posición estratégica y, por ello mismo, se eligieron los pueblos de San Silvestre de Guzmán, La Redondela, Puebla de Guzmán, Paymogo, Villablanca, Cortegana, El Cerro del Andévalo, Villanueva de los Castillejos, Ayamonte, Sanlúcar de Guadiana, Lepe, Almonaster, Aroche, Trigueros, Santa Bárbara de Casa, Huelva, Cartaya, Encinasola y Moguer.

Es de suponer, igualmente, que este proyecto defensivo para numerosos pueblos onubenses estuviese auspiciado por el reglamento para la instauración de cuarteles propuesto por el ministro de guerra, Miguel Fernández Durán, en 1718; donde quedaba aclarado que esta política de nuevas edificaciones militares suponían un alivio a los onerosos gastos que producían el alojamiento forzoso de soldados en las villas, como queda dicho en uno de sus párrafos: "...Siendo mi ánimo que se establezcan estos cuarteles no sólo para el alivio y disciplina de las tropas, sino para redimir a los pueblos el gran peso y las molestias que les cause el alojamiento de ellas en sus propias casas, y siendo en todas partes cargas de los mismos Pueblos este gasto, es mi ánimo que el dinero que se necesita para la fábrica de los mencionados cuarteles se supla por las provincias repartiéndolo a los vecinos y cargándolo más a los de las fronteras".


 Plano del cuartel militar ideado para la villa de Moguer en 1740. Fuente: www.mcu.es


Además, cada acuartelamiento militar poseería distintas estancias específicas para un uso concreto que, lógicamente, sobrepasa con mucho el detallar aquí cada uno de ellos. No obstante, sí es posible el centrarnos en el de Huelva, uno de los más significativos por su localización estratégica y volumen de tropa albergada. Así, vemos que poseía una habitación destinada a vivienda del sargento, una cocina, salas comunes, patio, cuadras, cuarto accesible por escalera con doce camas para la tropa, zona para el cuerpo de guardia, vivienda del capitán, la vivienda de los subalternos, la vivienda del agregado, depósito de armas, vestuario y cuarto del trompeta.

En definitiva, el propósito de este novedoso proyecto para erigir fortificaciones militares en diversas villas de Huelva, y nunca efectuado, respondió a la intención de establecer diversas líneas de defensa en la frontera suroeste del reino. Imaginemos aquí una primera línea que controlase los posibles accesos enemigos por la frontera natural que era el río Guadiana, y en dirección Sur-Norte, esto es, desde Ayamonte hasta la villa de Santa Bárbara de Casa; un segundo establecimiento de gruesos de fuerzas acantonadas dispuestas en orden perpendicular desde las villas de Encinasola hasta Trigueros y, finalmente, la disposición de varios acuartelamientos que incrementaren una completa vigilancia marítima por el sur, desde la desembocadura del río Guadiana hasta la localidad de Moguer.


 
BIBLIOGRAFÍA:


-HERNÁNDEZ NÚÑEZ, J.C. Gerónimo Amici y los proyectos de cuarteles para el regimiento de caballería de Andalucía, en la provincia de Huelva. Espacio, tiempo y forma. Serie VII, Historia del arte, ISSN 1130-4715, Nº 4, 1991, págs. 239-264.

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