¿Qué es la Historia?

"La Historia cuenta lo que sucedió, la Poesía lo que debía suceder"

Aristóteles (384-322 a.C.)

lunes, 13 de noviembre de 2017

El diputado onubense Francisco Díaz Quintero, amigo del líder cubano José Martí.

En 1868, tras la revolución de septiembre, surge en España el Partido Republicano Democrático Federal, de tintes federalista y republicano, liderado por Francisco Pi i Margall (1824-1901), como continuador del antiguo Partido Democrático, que fue fundado en 1849.

Este partido fue la segunda fuerza política más votada, tras la victoria de la Coalición Progresista Radical, en las elecciones a Cortes por sufragio universal masculino efectuadas el 15 de enero de 1869, obteniendo un total de 85 diputados en el Congreso; enmarcándose tales comicios en la hoja de ruta estipulada por el ejecutivo transitorio o Gobierno Provisional de 1868-1871.

Uno de los diputados de este partido republicanista que ocuparon los asientos de la Cámara baja fue Francisco Díaz Quintero, nacido en Huelva el 22 de octubre del año 1819; y quien, tras concluir los estudios de Periodismo y Derecho en la ciudad de Sevilla y fundar allí una sociedad literaria, comenzaría a colaborar en el diario La Discusión, donde quedaron plasmados muchos de sus ideales políticos de corte federalista.


Apertura de las Cortes Constituyentes de 1869. Fuente: www.cursa.ihmc.us


Iniciada la Revolución Gloriosa, que supuso el derrocamiento y exilio de la reina Isabel II (1830-1904) y el inicio del llamado Sexenio Democrático, Díaz Quintero fue designado vocal de la Junta Revolucionaria de la capital hispalense, siendo asimismo el artífice de la redacción de un manifiesto cargado de pensamientos orientados hacia un orden político y social plenamente democráticos. Asimismo, todo ello le supondría, en el año 1873, el ser miembro de la treintena de diputados redactores de un proyecto de “constitución federal republicana” que finalmente nunca llegaría a promulgarse.

Como diputado a Cortes en la legislatura de 1869 a 1871, representó a la circunscripción de Huelva tras las elecciones ya mencionadas, obteniendo un total de 14.859 votos de 35.228 posibles, sobre un censo formado por unos 44.832 electores; constituyéndose, pues, su acta de diputado el día 16 de febrero de ese mismo año, y causando baja como tal el 2 de enero del 1871. En esos años fue comisionado también para dictaminar el proyecto de ley sobre la adjudicación de la venta de las minas de Riotinto, junto a los señores Monasterio, Ulloa, Mosquera, el Marqués de Perales, Rivera y Torres Mena.

De igual forma, los años posteriores continuaría su actividad parlamentaria una vez fue elegido por la circunscripción de Sevilla, desde el 26 de abril de 1871 hasta el 24 de enero de 1872; por la de Badajoz y el distrito de Jerez de los Caballeros, desde el 5 hasta el 26 de junio de 1873; continuando nuevamente por la pacense y el distrito de Llerena, desde el 19 de junio de 1873 hasta el 8 de enero de 1874 para, finalmente, retomar su acta de diputado por Huelva y, ya al fin de su carrera política, hacerlo de nuevo representando a la provincia de Sevilla. Asimismo, también llegaría a ser senador por la provincia de Gerona entre los años 1872 y 1873.

Díaz Quintero fue además un reconocido masón, perteneciendo a la logia Gran Oriente Nacional de España y donde llegó a alcanzar altos cargos representativos de dicha institución. Sin embargo, su mayor reconocimiento como figura política llegó desde Cuba, donde el diputado onubense llegó tener una gran consideración y prestigio por algunos sectores políticos de la isla caribeña, y siendo públicamente admirado por el líder independentista cubano José Martí (1853-1895), con quien no sólo compartió ideales republicanos, sino que mantuvo una gran amistad.


 El diputado onubense Díaz Quintero. Fuente: www.bne.es


En este sentido, fue de especial admiración por Martí la defensa de las libertades proclamadas e ideadas para España y sus territorios por Díaz Quintero durante el Sexenio Democrático, quedando este afecto reflejado en las Obras Completas del líder insurrecto cubano:

...como aquel hombre manso y puro, Francisco Díaz Quintero, todo seda y perfil cuando conversaba, entre tierno y doloroso, junto a su Pepa de refajo y pañolón y su hijo benévolo, y desborde y mandoble cuando, con los puños en un nudo, como para no repartirlo por la cara de los diputados comodines, defendía, quemada la cara de la vergüenza de la humanidad, la justicia amarga o cómoda, en España y en Cuba. Pero a Salvoechea, como a F. Díaz Quintero, le daban asco esos ambiciosos de alquiler, rebeldes en el hambre y señorones en la autoridad, que se reparten, con nombre de república y constitución, la tiranía que derribó a sus voces a pujanza de sangre, la crédula muchedumbre..."

En efecto, el ideario político de Díaz Quintero estuvo colmado, entre otras, por propuestas como la separación absoluta entre Iglesia y Estado, una enseñanza académica obligatoria, gratuita y laica, una completa reorganización territorial de los territorios ultramarinos, considerándose provincia a algunos y estados a otros (sin posibilidad de realizarse secesión alguna, pues la unidad de una posible República Federal española estaba garantizada ante cualquier decisión independentista unilateral sin un consenso pleno entre las partes), así como la abolición de la esclavitud. Todo ello, nos hace pensar, en fin, que su amistad con Martí respondía mucho más al hecho de compartir un ideario manifiesta y fervientemente republicano y de marcado corte anticlerical que a las propias y expresas motivaciones revolucionarias e independentistas del líder cubano. 


 
BIBLIOGRAFÍA:

-DE PAZ SÁNCHEZ, M. La gran decepción de José Martí. IBERO-AMERICANA PRAGENSIA-SUPPLEMENTUM 19/2007. Universidad Carolina de Praga, Praga, pp. 275-284. ISSN: 1210-6690.

-www.congreso.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario