La Gran Guerra,
acontecida entre 1914 y 1918, fue el ejemplo claro de que en tiempos
bélicos no existe la neutralidad plena ni las acciones militares
desarrolladas sólo entre los países y estados beligerantes, sino
que éstas se superponen de facto y trasgreden con mucho las
fronteras, la diplomacia establecida o los acuerdos formalizados en
los múltiples tratados de no agresión. Tal fue el caso de lo
sucedido a un buque mercante noruego que, por realizar una acción de
carga de material en territorio onubense en favor del comercio
británico, le devino en consecuencia un triste final en tiempos de
guerra; a buen seguro por la previa obtención de información
llevada a cabo por el espionaje alemán que se hallaba operando en
Huelva.
Esos hechos fueron
relatados el 3 de agosto de 1917 en el Consulado de Noruega en Cádiz,
donde tuvo lugar el proceso a la oficialidad del buque noruego S.S.
Carolvore para aclarar ante las autoridades pertinentes los
graves acontecimientos que fueron descritos por su capitán en la
“Declaración Marítima”, donde relató con gran detalle el
último trayecto del navío a su mando que debía efectuar una ruta
desde Valencia hasta la ciudad británica de Liverpool.
Dicho proceso fue
presidido por el segundo cónsul de Noruega, Daniel Mc Pherson, quien
estuvo asimismo ayudado por dos expertos navegantes en calidad de
asesores para la instrucción, Nicholas Thorsen, capitán del S.S.
San Lucar, cuya base se hallaba en Christiania (la actual ciudad
de Oslo) y Jan Henrik Jansen, dueño del buque danés S.S.
Nordhavet.
El
capitán del Carolvore, Helvig Enok Pedersen, compareció en
la sala declarando que en efecto ése era el navío que capitaneaba,
con base en Farsund (Noruega), de unas 998 toneladas netas y cuyas
señales distintivas eran las iniciales M.K.C.F., aclarando también
que, al haber desaparecido los libros que componían el cuaderno de
bitácora en el hundimiento, procedería a relatar los hechos en una
declaración escrita de lo acontecido a su barco.
De
tal forma, narró que el Carolvore abandonó el puerto de
Valencia el día 27 de julio de 1917 a las 16:00 horas con un gran
cargamento compuesto por cebollas y diversos tipos de fruta con
dirección a Liverpool. Según dijo el capitán nórdico, al dejar la
capital valenciana el navío estaba en perfectas condiciones para
navegar y la tripulación la componían diecinueve hombres
incluyéndose él mismo. Se
trataba de un buque de carga de propulsión a vapor construido en
1883 en los astilleros ingleses de Newcastle-Upon-Tyne por la
compañía Armstrong & Mitchell Co. Ltd,
pero ostentando el pabellón noruego desde 1910. Asimismo, tenía
un peso de 1659 Tn. y unas dimensiones de 79,3 x 10,7 x 5,5 m.
El
viaje procedió sin novedad destacable alguna hasta el 29 de julio a
las tres de la mañana, cuando Pedersen recibió órdenes desde el
Europa Point Signal Station, el faro de señalización
marítima sito en territorio de Gibraltar; desde donde se le ordena
acudir y tomar puerto en la colonia británica. Allí, mantuvo
conversaciones con varias autoridades británicas a fin de recibir
instrucciones para un viaje a Huelva, donde debía reunirse con el
cónsul británico en esta ciudad. En efecto, le fue ordenado ir a la
capital onubense a cargar suministros y numerosos tanques de
combustible que eran del todo necesarios en Gibraltar, pues los
submarinos alemanes operaban constantemente con gran eficacia por
todo el golfo de Cádiz y el Mediterráneo para intentar bloquear a
la colonia británica y lograr su desabastecimiento absoluto
hundiendo a los buques mercantes de aprovisionamiento ingleses.
El buque noruego S.S. Carolvore. Fuente: www.sjohistorie.no
De
este modo, a las 17:00 horas, el navío noruego abandonó Gibraltar y
se dirigió hacia el puerto de Huelva, donde llegaría el lunes 30 de
julio en torno a las diez de la mañana. Tras descansar unas horas en
la capital onubense, la tripulación comenzó sobre la una de la
tarde a cargar los suministros y tanques de combustible (bunkers)
previstos; reportando sobre ello, asimismo, al propio cónsul
británico, quien le autorizó para que regresara nuevamente a
Gibraltar con ese cargamento.
Cuando
cayó la noche y, aproximadamente a las 22:45 horas, se hubo
completado la carga de carbón para las calderas del buque, abandonó
éste inmediatamente el puerto, navegando por la ría con un práctico
a bordo, quien dejó el barco a las 0.00 horas, prosiguiendo así el
buque noruego su travesía muy próxima a la costa onubense.
Igualmente,
y sabedores quizás del gran riesgo que suponía transportar material
bélico en buques mercantes en tiempos de guerra, desertaron en
Huelva dos marinos noruegos del Carolvore, el cocinero Alfred
Kvamme y el carbonero Lars Sjursen, quedando ahora la tripulación
formada por sólo diecisiete hombres.
En
efecto, la intuición de los desertores no tardó en corroborarse,
pues un día después, el 31 de julio, por mor de esta misión de
regreso a Gibraltar, y ya en aguas gaditanas próximas al cabo Roche,
en Conil, el segundo oficial, Leif Tellefsen, avistó a las 7:00
horas un submarino alemán a estribor, el cual emergió a la
superficie a sólo una distancia de tres cuartos de milla del buque
noruego. El submarino atacante, el U-39, había sido
construido en los astilleros de Germaniawerft, en Kiel, y botado el
día 26 de septiembre del año 1914, siendo su comandante el
Kapitänleutnant Walter Forstmann (1883-1973), nacido en Essen
y condecorado nueve veces, ostentando la Cruz de Hierro de 1ª Clase,
entre otras.
Tras
efectuar cuatro disparos el sumergible germano, y serle imposible
escapar o siquiera maniobrar al barco de Pedersen por la cercanía,
unas seis millas, a las rocosas y escarpadas costas, ordenó parar
máquinas y que la tripulación montase en los botes salvavidas.
Mientras los marinos nórdicos se alejaban del Carolvore, el
submarino germano continuó disparando unos quince proyectiles para
lograr su hundimiento, mientras que la metralla resultante de los
impactos sobrevolaban los botes, aunque sin producirse heridos entre
los noruegos.
Finalmente,
el navío comenzó a hundirse en torno a las 7:20 horas, mientras que
el submarino atacante se alejaba en dirección Noroeste y la
tripulación del Carolvore llegaba en diversos botes y sin
bajas entre sus miembros a las playas de Conil en torno a las 11:15
horas, donde fueron asistidos por varios pescadores locales y
puestos a salvo. Y casualmente, como sabemos por haberlo tratado en
otro artículo, el mismo día que se celebraba este proceso en Cádiz
para dirimir lo sucedido al Carolvore, a la misma hora en las
aguas onubenses, el U-39 de Forstmann atacaba y hundía otro
buque noruego, el S.S. Halldor, quedando su pecio y su
recuerdo para siempre no sólo en el mar sino también en la historia
de Huelva.
BIBLIOGRAFÍA:
-Sjøforklaringer
over Norske Skibes Krigsforlis. Bind III. Utgit ved Sjøfartskontoret.
2Det. Halvaar, 1917.
Realmente el motivo de la deserción de los marineros noruegos fue debido al servicio de propaganda alemán que atemorizaba a dichos tripulantes con la entrega de postales de submarinos alemanes. Al dorso de las mismas había un escrito aconsejando a los marineros
ResponderEliminarno embarcar hacia las zonas de guerra. Era una sutil amenaza para que desertasen de los buques que comerciaban con Inglaterra.
Muy interesante este dato, Enrique, pues la documentación oficial (aliada en este caso) de la época relativa a analizar las incidencias en los trayectos marítimos no recoge, por motivos obvios, tales actos subversivos por parte de Alemania. Muchas gracias por tu comentario.
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