¿Qué es la Historia?

"La Historia cuenta lo que sucedió, la Poesía lo que debía suceder"

Aristóteles (384-322 a.C.)

miércoles, 1 de noviembre de 2017

El naufragio de un navío corsario en Punta Umbría

Desde el siglo XVII, y hasta mediados del siglo XVIII, una gran parte de las costas andaluzas, y en especial las onubenses, sufrieron constantes ataques y saqueos por parte de corsarios y piratas berberiscos. Sin embargo, fueron especialmente virulentos y reiterados los protagonizados por el temible corso de la República de Salé.

Esta ciudad-estado norteafricana, también llamada del Bu Regreg, tuvo su mayor apogeo entre los años 1626 y 1668, localizándose geográficamente en el territorio próximo a la actual ciudad marroquí de Rabat. El surgimiento de este novedoso estado se produjo tras la venida e instalación en ese territorio de un gran número de moriscos expulsados, unos trescientos mil, por la Monarquía Católica de Felipe III (1578-1621), quien decretó la expulsión paulatina de la población morisca residente en el reino hispánico.

De tal forma, los moriscos exiliados, ahora saletinos, tuvieron la necesidad de construir un país autónomo debido, por un lado, a la conflictiva situación que aconteció a su llegada en una gran extensión del actual territorio de Marruecos tras la muerte del sultán Ahmed al Manssur; cuyos hijos se disputaron el liderazgo del sultanato mediante una cruenta guerra santa entre diversas regiones y, por otro, al mantener entre ellos férreos lazos familiares, culturales y un arraigo inquebrantable de pertenencia a una misma comunidad que les hacía mantener viva su herencia hispánica.

Así, la república saletina se conformó como un nuevo país instaurado por musulmanes andalusíes, cuya cultura, tradiciones, ritos y la propia organización social establecida difirieron mucho del otro islamismo practicado por los autóctonos norteafricanos; aunque estaría gobernado en un principio por un renegado corsario holandés, Jan Janszoon van Haarlem (1570-1641), quien sería considerado el primer presidente de esta república de piratas. Por todo ello, y hasta que consiguen su completa integración secular con los nativos, tuvieron que buscar un modo de vida que les resultase propicio para su subsistencia, algo que consiguieron con el ejercicio del corso contra los que consideraron ahora sus grandes enemigos, los cristianos peninsulares, entre otros.


El corsario Jan Janszoon van Haarlem, primer presidente de Salé. Fuente: www.historiek.net

En este sentido, la actividad corsaria, que comienza como una actividad de represalia contra el “país infiel” que los expulsó de su tierra, se va tornando con el transcurso de los años como una rentable y enriquecedora práctica económica para sufragar los gastos de la comunidad islámica y el óptimo mantenimiento de las estructuras republicanas de Salé y, si bien este pequeño país corsario tuvo su mayor apogeo en el siglo XVII, estableciendo relaciones con países enemigos del Imperio español como Inglaterra u Holanda, aun subsistiría su actividad pirática durante el siglo posterior, aunque en mucha menor medida, realizando ataques selectivos a navíos y ciudades costeras hispanas.

Uno de estos tardíos intentos de ataque fue el protagonizado por una fragata corsaria de Salé que trataba de aproximarse a las costas onubenses con la pretensión de saquear la ciudad de Huelva y otras poblaciones próximas del litoral. En efecto, el día 10 de octubre del año 1766, y según la documentación de la época, se avistó una fragata pirata aproximarse en medio de una gran tormenta marina y, precisamente por la gran destrucción que ésta produjo, naufragó en las proximidades de Punta Umbría.

Los testigos del naufragio narraron que se trataba de un imponente navío, algo que también fue ratificado por la documentación de la época; la cual también nos narra que lo acompañaba, desde su salida en Salé, otro navío similar en dimensiones que, por causa del temporal, tuvo que derivarse hacia Cádiz. Ambos buques piratas contaban con una dotación de unos ciento cincuenta hombres y estaban armados con veinticuatro cañones cada uno. 


 Tripulación berberisca combatiendo desde un navío corsario. Fuente: www.abc.es

La documentación dice así en lo referente al naufragio onubense: "Des lettres de Huelva, Bourg d'un Département situé sur cette côte, portent qu'une autre Frégate de Salé, qui paroît en avoir déradé en même temps et, ainsi que la Saletine, avant d'avoir son armement complet, avoit fait naufrage, le 10 de ce mois, sur la pointe d'Umbria, entre Huelva et Gibraleon; qu'on en a fauvé près de soixante personnes et que le reste, dont le nombre étoit peu considérable, avoit été noyé avec le Capitaine. On n'a point jusqu´a présent de détails plus circonstanciés du naufrage de cette Frégate.."

Estos barcos corsarios de la república de Salé eran navíos portentosos, pues fueron construidos por técnicos holandeses especializados en construcción naval o bien por saletinos asesorados por éstos. Sin embargo, esta pareja de buquess piratas corrió una desfavorable suerte en su intento de razia de la costa onubense, pues el derivado a Cádiz encalló en la costa, entrándole diversas corrientes de agua por su casco, perdiendo cinco cañones y muriendo setenta y siete corsarios; mientras que, como sabemos, el otro navío corsario naufragó completamente frente a la costa puntaumbrieña, salvándose sesenta piratas y pereciendo el resto junto con el capitán.


 
BIBLIOGRAFÍA:

-Gazette de France (7/11/1766). Gallica.bnf.fr / Bibliothèque nationale de France.

-Gazette de France (19/12/1766). Gallica.bnf.fr / Bibliothèque nationale de France.

-Revue Hespéris Tamuda, Vol. XIII. Université Mohammed. Editions Techniques Nord-Africaines, Rabat, 1972.

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