¿Qué es la Historia?

"La Historia cuenta lo que sucedió, la Poesía lo que debía suceder"

Aristóteles (384-322 a.C.)

miércoles, 8 de febrero de 2012

El viaje descubridor de Pinzón y Solís a Centroamérica

En el año 1508 el palermo Vicente Yánez Pinzón y el lepero Juan Díaz de Solís efectuaron un prolongado viaje de descubrimiento a Centroamérica, posibilitando tanto la localización como la cartografía de nuevos y extensos territorios para la Corona española.

Llegado el momento de acercarnos con un mayor detalle al periplo capitaneado por los exploradores onubenses, hemos de referir dos fuentes documentales básicas, la “Historia del Almirante”, realizada por Hernando Colón, hijo del descubridor de América y, por otro lado, la “Historia de las Indias”, del Padre Bartolomé de Las Casas. En ambas obras se colige el descubrimiento de las costas del Yucatán por Solís y Pinzón en 1508, aunque no han pervivido en el tiempo los “Diarios de a Bordo” ni los mapas que presumiblemente llevarían a cabo los expedicionarios en tierras americanas. Sin embargo, otro cronista, Francisco Cervantes de Salazar, afirma en su obra “Crónica de la Nueva España” que los “pinzones” eran autores del descubrimiento de las costas sitas entre Florida y el Cabo “Gracias a Dios”, lo cual denota la presencia del piloto de Palos en la primigenia navegación europea en dichas costas del Nuevo Mundo.


Vicente Yáñez Pinzón. Fuente de la imagen: www.ecured.cu

Para hallar el origen de esta expedición hay que retrotraerse un año, en 1507, cuando el rey Fernando se propuso dar un nuevo impulso a los viajes de descubrimiento, pero ahora, con una mayor organización y previsión de las rutas a trazar, pues no quedaban lejos los tiempos en los que eran enviadas expediciones a América que, por su falta de organización y disciplina en base a la búsqueda presurosa de riquezas, sus naves fueron desechas y las tripulaciones muertas o extraviadas.

Por ello mismo, el rey convocó en Burgos a los mejores pilotos experimentados en la carrera de Indias, previa consulta con la “Casa de la Contratación”. De esta forma, se reunirían afamados nombres como Juan de la Cosa, Vicente Yánez Pinzón, el florentino Amerigo Vespucci y Juan Díaz de Solís, entre otros. La importancia de esa reunión fue máxima, y es que los pilotos onubenses estaban participando en la que se denominaría, transcurrido el tiempo, como “Junta de Burgos”, un cónclave efectuado para crear el cargo de “Piloto Mayor”, la creación de una “Escuela de Náutica” y la elaboración del “Padrón Real” (a fin de dar cuenta de cada descubrimiento que se produjere, con la voluntad de que no se realizase dos veces la misma travesía), y todo ello a fin de formar de la manera más experimentada a los futuros navegantes.

Igualmente, se proyectaría la búsqueda de un canal que comunicara los dos océanos que, se creía podría localizarse al Norte de los territorios descubiertos por Colón en su cuarto viaje. Para este loable fin fueron encomendados los marinos onubenses, pero, no obstante, este hito sería finalmente protagonizado por la expedición de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano en el año 1520.


Estatua a Juan Díaz de Solís en Uruguay. Fuente de la imagen: www.galeon.com

El viaje de Solís y Pinzón se organizó del siguiente modo: en mar sería el lepero quien lideraría la expedición, manteniendo siempre el contacto con el marino de Palos, hasta que llegados a tierra pasaría a ser Yánez Pinzón quien tomara la iniciativa y, todo ello, con el fin de cumplir las palabras del rey, quien afirmó: “...para descubrir aquel canal o mar abierto que principalmente is a buscar e que yo quiero que se busque, e haciendo lo contrario seré muy deservido e lo mandaré castigar e proveer como a nuestro servicio cumpla”.

Una vez finalizados los preparativos, la expedición zarpó el día 29 de marzo de 1508 desde Sanlúcar de Barrameda, con dos navíos, la Magdalena capitaneada por Solís y la San Benito, comandada por Pinzón. La expedición alcanzó los 23 grados y medio, es decir, las naves alcanzarían el Trópico de Cáncer, llegando a las costas del Golfo de Méjico, recorriéndola con una navegación de cabotaje. Asimismo, el marino de Palos no deja dudas respecto de encontrarse en un territorio sin descubrir: “...e que a estas provincias nunca el dicho don Cristóbal Colón ni otro por él llegó”.

Igualmente, y puesto que la nomenclatura original dada por los españoles a muchos de los accidentes geográficos ya no se conserva y, en algunos casos, resulta contradictoria su adscripción a un lugar concreto, las fuentes sí concuerdan en afirmar que los países en los que presumiblemente tuvo lugar la expedición fueron Méjico (zona del Yucatán), Honduras y Belice.

Finalmente, el día 29 de Agosto de 1509 las naves llegarían a Sevilla y, tras anclar, fue preso Díaz de Solís por unas desavenencias que tuvo con Pinzón durante su travesía y que las fuentes no dejan muy a las claras en que términos y por cuáles causas tuvieron lugar.

Sea como fuere, resulta innegable la proeza de estos marinos onubenses en su afán de servir a la Corona castellana con nuevos descubrimientos, así como engrandecer aun más su prestigio y honra en un territorio todavía por explorar, repleto de peligros y riquezas por igual y que consiguieron con su determinación engrandecer el nombre de España por siempre en los anales de la Historia.







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