A la hora de efectuar un análisis, desde un punto de vista historiográfico, de la presencia económica extranjera en la provincia onubense, es necesario mencionar, en primer término, al consorcio británico The Rio Tinto Company Limited, en tanto que principal compañía minera de capital foráneo; debiéndose este protagonismo a diversos factores, tales como la gran extensión de las explotaciones mineras iniciadas, la ingente labor edilicia en suelo español derivada de las labores mineras, ya fuese orientada a la erección de viviendas o de estructuras industriales, el amplio número de trabajadores empleados en las minas, así como el dilatado tiempo de permanencia en nuestras tierras, es decir, desde el 1873 al 1954.
Sin embargo, a mediados del siglo XIX, con anterioridad, pues, a la llegada de la R.T.C.L. a Riotinto, un gran número de empresas británicas comienzan una exhaustiva búsqueda de nuevas y rentables minas de cobre por explotar, una vez que el azufre extraído en Sicilia se les antoja insuficiente para cubrir sus necesidades económicas. De este modo, centrarán ahora su atención en la extracción masiva de piritas y calcopiritas del Andévalo onubense, las cuales eran detentadoras de altas leyes de cobre y, también, poseedoras de azufre, necesario para fabricar ácido sulfúrico.
Así, numerosas compañías extranjeras iniciarán su afluencia de capitales hacia tierras onubenses, en base a la explotación del rico subsuelo por medio de concesiones que, en no pocos casos, albergarán la capacidad absoluta de gestionar por parte de las compañías mineras los complejos procesos de preparación, explotación, tratamiento y comercialización del mineral. Claro ejemplo de ello son las minas de Castillo Buitrón, Tharsis, La Zarza, Riotinto, Concepción, Poderosa, Peña de Hierro, San Telmo, Aznalcóllar, La Joya, San Miguel, Esperanza, Angostura y Angelita, las cuales serían rehabilitadas y gestionadas por capital de origen británico; aunque, también, compañías mineras francesas harían su aparición en la escena minera onubense al adquirir y explotar por sí las minas de Campanario, Lomero-Poyatos, Perrunal, Confesionarios, Sorpresa, Aguas Teñidas y San Platón. Además, no puede olvidarse aquí mencionar otra serie de explotaciones mineras destacables, como son las de Cueva de la Mora, Monte Romero y Sotiel, cuyo capital era portugués.
Una de las primigenias compañías mineras británicas que se asentarían en la provincia sería la denominada The South Europe Mining Company Limited que, el día 2 de diciembre de 1862, adquiere la mina de Buitrón. Esta compañía realizó cuantiosas obras y mejoras en dicha mina en pos de su beneficio, mediante la introducción de maquinas para realizar pozos y galerías, amén de erigir una casa-residencia, oficinas, casas para los mineros, almacenes y un muelle de carga en la ría de San Juan del Puerto. No obstante, el transporte del mineral desde la mina hacia dicho muelle se realizaba de forma onerosa, efectuándose a diario por tracción animal; por lo que la Dirección de la compañía estimó necesario la construcción de un ferrocarril como método más eficaz y rápido para el transporte del mineral, acortándose así las distancias, reduciendo costes y aumentándose las exportaciones.
El escocés Hugh Matheson, presidente de la R.T.C.L. Fuente: www.rabida.uhu.es
De tal modo, para la construcción del ferrocarril se creó ex profeso una nueva compañía, The Buitron & Huelva Railway & Mineral Company Limited, que arrendaría la mina de Buitrón a la anterior compañía británica el día 1 de febrero del año 1866, durante un período de noventa y nueve años. El proyecto de construcción de la línea férrea sería encomendado al ingeniero de minas inglés James Bull (1844-1911) quien, a la postre, ostentaría el cargo de primer director gerente del ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto, entre los años de 1867 y 1906. Cuando finalizaron todas las obras de construcción de la línea férrea de Buitrón, la compañía británica adquirió las minas de Poderosa y Concepción en el año 1873, que hasta entonces eran propiedad de la familia Ybarra, originarios de Sevilla; ampliándose de esta manera todo su entramado de concesiones mineras, con la única pretensión de ser inmediatamente explotadas desde ese mismo año.
La explotación del ferrocarril por la compañía The Buitron & Huelva Railway & Mineral Company Limited se mantendría hasta el año de 1891, cuando dicho consorcio minero quebró, siendo la totalidad de sus propiedades traspasadas al principal acreedor, el inglés Frank Clarke Hills; quien muere un año después, y sus hijos herederos, tras constituir la sociedad F.C. Hills & Cº, serán quienes finalmente exploten el ferrocarril hasta el año 1906.
Por su parte, en el año 1890, se constituyó en Gran Bretaña una gran corporación química, formada por la fusión de cuarenta y cinco fabricantes de álcalis británicos y que recibiría, desde entonces, el nombre de The United Alkali Company Limited. Esta compañía marcaría, como objetivo principal, el poder acceder directamente a uno de los recursos fundamentales en sus procesos químicos: la pirita. De tal modo, la novísima compañía inglesa se propuso comprar diversas minas en tierras onubenses para dejar, definitivamente, el costoso abastecimiento de pirita necesario que era proporcionado por la también británica compañía minera The Rio Tinto Company Limited.
La compañía Alkali urgía asimismo de un medio de transporte para el envío de minerales desde la mina Sotiel (comprada el 31 de diciembre del año 1904 a la sociedad portuguesa Companhia Mineira Sotiel Coronada); y es por ello mismo que determinará la adquisición del ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto. Además, a la compra de esta línea férrea le acompañarían, igualmente, la de las minas Castillo Buitrón, Poderosa y Concepción en 1906 a la británica F.C. Hills & Cº. Desde este mismo año, The United Alkali Cº Ltd., decide crear una filial española, la Compañía Anónima de Buitrón, con domicilio en Valverde del Camino, y que sería la encargada de explotar el ferrocarril. Igualmente, esta compañía recién creada explotaría las minas de Castillo Buitrón, Poderosa y Concepción; quedando ahora bajo la tutela de Alkali únicamente las minas de Tinto-Santa Rosa (comprada el 2 de mayo del año 1905 a la empresa belga Societe Anonyme Mines de Cuivre Tinto-Santa Rosa) y Sotiel.
No obstante, la gran crisis económica mundial surgida tras el año 1930 afectó enormemente a los grandes consorcios mineros extranjeros establecidos en Huelva, en tanto en cuanto el precio del cobre se desplomó y se redujo fuertemente el consumo mundial de piritas. Por ello mismo, en los primeros meses de 1930 se paralizarían definitivamente las labores mineras en la mina Concepción pero, más aun, con la etapa en la que el ingeniero de minas Harry Maidment fue director de la Alkali, esto es, desde los años 1929 a 1942, se producirá el cierre de todas las minas de la compañía británica, previa cesión de todos sus bienes a la Compañía Anónima del Buitrón en el año 1932.
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